El 23 de junio de 2018, el mundo entero quedó paralizado frente a la noticia: doce chicos de un equipo de fútbol, junto con su joven entrenador, habían quedado atrapados en una cueva en Tailandia. Una excursión después de un partido se transformó en pesadilla. Una tormenta súbita inundó los túneles del complejo Tham Luang y cerró cualquier salida. Afuera, familias desesperadas, autoridades que no sabían cómo actuar y un ejército de voluntarios comenzaban a organizarse frente a lo que parecía una misión imposible.
Ese suceso real, seguido por millones de personas minuto a minuto, es la base de Thirteen Lives (Trece Vidas), la película que hoy se puede ver en Prime Video y que recrea, con una mezcla de crudeza y precisión quirúrgica, lo que pasó durante esos días de encierro bajo tierra.
La dirección está en manos de Ron Howard, un cineasta que sabe cómo transformar un hecho histórico en un relato cinematográfico atrapante (Apollo 13, Una mente brillante). Y aquí lo hace otra vez: con casi dos horas y media de metraje, nos arrastra por túneles estrechos, agua turbia y oxígeno que se agota, con una tensión que no suelta hasta el final.
La reconstrucción cinematográfica

Howard decidió no edulcorar demasiado el relato. Desde el inicio, el filme apuesta a un realismo que incomoda: el barro que se pega en la piel, la oscuridad que devora la pantalla, el goteo constante del agua como un reloj que amenaza con detenerse. El director coloca a los espectadores dentro de la cueva, haciéndolos sentir lo que los rescatistas enfrentaron. Y si bien, por razones narrativas, concede cierta visibilidad dentro del agua (algo que en la realidad era casi nulo), el resto mantiene la crudeza de lo que fue esa operación.
El elenco es otro de los puntos fuertes. Viggo Mortensen interpreta a Richard Stanton, Colin Farrell es John Volanthen, y Joel Edgerton encarna al doctor Richard Harris, el anestesista australiano que tuvo un rol clave. Todos ellos, buzos experimentados que arriesgaron su vida para atravesar pasadizos estrechísimos cargando cilindros de oxígeno y, sobre todo, cargando a los propios chicos en un operativo que parecía de ciencia ficción.
Completan el reparto actores tailandeses que le dan veracidad al relato, interpretando a las familias, a las autoridades y al propio entrenador de los “Jabalíes Salvajes”, como se llamaba el equipo juvenil de fútbol.
El caso real que conmovió al planeta
El operativo real fue seguido en directo por todos los medios del mundo. La cueva Tham Luang se transformó en un centro de operaciones con miles de personas: militares, ingenieros, buzos de élite y voluntarios. El agua, la falta de visibilidad y la extensión de los túneles eran un enemigo formidable. Uno de los rescatistas, el exbuzo de la Marina tailandesa Saman Kunan, perdió la vida durante las tareas. Su sacrificio marcó a todos y en la película se lo retrata con el respeto que merece.
El rescate final se convirtió en una hazaña inédita: sacar con vida a los trece atrapados, uno por uno, bajo un protocolo que incluía anestesia, traslado en cápsulas improvisadas y un nivel de riesgo al límite. Fue un triunfo de la ciencia, del coraje y de la cooperación internacional.
La mirada de Howard se centra no solo en la proeza técnica sino también en la humanidad de los involucrados. Están las lágrimas de las familias, las discusiones de las autoridades, las dudas de los rescatistas y la entrega de toda una comunidad que llevaba víveres, cavaba canales y rezaba día y noche. Ese retrato coral es lo que diferencia a esta película de otros dramas de catástrofe: aquí no hay un héroe solitario, sino un entramado colectivo que hace posible lo imposible.
La película dura 147 minutos y, aun así, no sobra ni un segundo. Cada escena transmite el miedo, la espera y la duda: ¿llegarán a tiempo? ¿sobrevivirán los chicos? Aunque el espectador ya sepa el desenlace, la narración logra que uno se quede sin aliento.
Otras películas en Prime Video basadas en hechos reales
En Trece Vidas, el agua, la oscuridad y la muerte acechan a cada paso. Es cine, sí, pero también es un recordatorio de lo que significa arriesgarlo todo por otros. En la pantalla, ese rescate imposible vuelve a ocurrir una y otra vez, en cada pantalla, con cada espectador que se sumerge en esa cueva de miedo y esperanza. Y junto a ella, otras películas basadas en hechos reales nos recuerdan que la épica no siempre ocurre en un campo de batalla o en una cancha de básquet: muchas veces, ocurre en silencio, en la oscuridad, donde unos pocos deciden que rendirse no es opción.
Para quienes se quedan con ganas de más, Prime Video tiene en su catálogo varias películas que, al igual que Trece Vidas, parten de historias reales que impactaron al mundo.
• Air (2023): Dirigida por Ben Affleck y protagonizada por Matt Damon, cuenta cómo Nike apostó por un joven Michael Jordan para lanzar las zapatillas Air Jordan. Una historia de negocios y audacia que cambió para siempre la industria del deporte.

• Argentina, 1985 (2022): Con Ricardo Darín y Peter Lanzani, revive el Juicio a las Juntas militares. Un drama judicial que reconstruye la lucha por la memoria y la justicia en un país marcado por la dictadura.
• Unstoppable (2024): Producida por Jennifer Lopez, relata la vida del luchador Anthony Robles, que se convirtió en campeón universitario a pesar de haber nacido con una sola pierna. Inspiración pura.

• Shershaah (2021): Biopic de Vikram Batra, capitán indio que se convirtió en héroe durante la guerra de Kargil. Acción, patriotismo y sacrificio.
• Jai Bhim (2021): Una de las películas más aclamadas de la India en los últimos años. Basada en un caso real, expone injusticias sociales y discriminación.