En el marco de la expuesta subordinación del Gobierno Nacional de Argentina con los Estados Unidos de Donald Trump, las Fuerzas Armadas nacionales firmaron un nuevo acuerdo que intensifica y profundiza la presencia militar norteamericana en territorios geopolíticamente estratégicos como la Patagonia y Tierra del Fuego.
El nuevo entendimiento entre ambas administraciones institucionaliza un programa de cooperación que se desarrollará en el ámbito de las Fuerzas de Operaciones Especiales (tropas de élite).
Los soldados norteamericanos entrarán en territorio nacional continental para formar con su doctrina militar a los cuadros locales. Unidades especializadas como los Comandos Anfibios y los Buzos Tácticos de la Armada, compañías de Comandos 601, 602 y 603, Compañía de Fuerzas Especiales 601 y Compañía de Apoyo de Fuerzas de Operaciones Especiales del Ejército y el Grupo de Operaciones Especiales (GOE) de la Fuerza Aérea, serían quienes lleven a cabo los entrenamientos junto a sus pares estadounidenses.

El responsable de las Operaciones Especiales de las Fuerzas Armadas argentinas, coronel Néstor Oprandi, fue quien firmó el memorando con los estadounidenses. Se prevé, según Ámbito Financiero, que el contralmirante Mark Shafer, alto mando del Comando Sur, visite nuestro país próximamente para formalizar el convenio.
Uno de los ejercicios programados es el “Atlantic Dagger (Daga Atlántica)”, a ejecutar entre ambas fuerzas en febrero de 2026, con el supuesto objetivo de evaluar y mejorar la interoperabilidad de las fuerzas especiales. Pero antes, Argentina participará de otro ejercicio militar liderado por Estados Unidos, denominado UNITAS 2025, uno de los ejercicios más grandes del continente, donde confluirán distintas armadas latinoamericanas en territorio yanqui, entre septiembre y octubre próximo.
Welcome to Argentina
La presencia e influencia militar norteamericana en Argentina no para de crecer desde el 10 de diciembre de 2023. Da cuenta de ello el regreso de los ejercicios Gringo-Gaucho II con la Armada de EE.UU, donde se hizo presente el portaviones USS George Washington en aguas argentinas, el UNITAS 2024 en territorio chileno, la firma del memorándum para el ingreso del Cuerpo de Ingenieros del Ejército yanqui en el Paraná y la Vía Navegable Troncal, el convenio en ciberdefensa, y la instalación de una base militar conjunta en el punto continental más austral de la patria.
Leonardo Del Grosso, periodista e integrante de la Multisectorial Conta la Base Yanqui en Neuquén, advierte a este medio que el nuevo convenio supone una claudicación a la soberanía argentina, específicamente en el sur de su territorio.
“El Gobierno y las FF.AA se ponen a disposición de los Estados Unidos como parte de un plan imperialista que nada que ver con los intereses nacionales. Este acuerdo es una agresión al país, un paso más para que EE.UU. pueda controlar y asegurarse de los recursos con el objetivo de profundizar el saqueo en la región”, opina Del Grosso.

Territorios estratégicos argentinos en la mira ante un mundo en división
El actual contexto mundial se predispone para distintos y posibles acuerdos entre las tres principales potencias del mundo: Estados Unidos, Rusia y China. Hay una reconfiguración del ajedrez geopolítico que tiene a estas tres naciones en plena división de zonas de influencia y ocupación. Lo vemos con Rusia sobre el este europeo, Estados Unidos en toda Latinoamérica y China en el sudeste asiático. Como también con la posible y acordada explotación y división conjunta del Ártico entre estos tres Estados.
Entendimientos interpotencias muy tensos por cierto y que requieren de un mayor y más detallado análisis, pero a que a priori nos indican un marcado regreso de la doctrina Monroe sobre nuestros territorios. Donde, en un escenario de plena disputa por el agua, los pasos interoceánicos, las tierras raras y diversos minerales, la Patagonia, el Atlántico Sur y la Antártida Argentina toman un protagonismo mundial que los anglosajones y también los israelíes sionistas no parecen dispuestos a negociar.
Más aún cuando estudiosos como David Pizarro prevén en los próximos años un posible enfrentamiento entre potencias en el Atlántico Sur. Es por eso que EE.UU. y sus socios se adelantan a las hipótesis de conflicto y ganan terreno, conocimiento, experiencia y control en la zona patagónica.
A casi 43 años de la Guerra de Malvinas, la provincia de Santa Cruz, la Isla Grande de Tierra del Fuego, Islas de los Estados, vuelven a tomar protagonismo como en aquella oportunidad. Aunque ahora por ser los territorios estratégicos que el Comando Sur eligió para instalar eventualmente a sus tropas. Una zona de especial importancia por su cercanía a la codiciada Antártida, y a los pasos y canales importantes para el comercio mundial como el Pasaje Drake, el Estrecho de Magallanes y el Canal de Beagle.

Sin embargo, Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur (Malvinas, Georgias, Sandwich del Sur, etc.) son un territorio conocido por los norteamericanos. Allí realizan desde hace años ejercicios aéreos y navales junto a las tropas británicas. Este cuadro se agrava porque ahora las Fuerzas Armadas de EE.UU. intensificarán sus operaciones en el continente. Algo que no había sucedido en las ultimas décadas.
Es importante recordar que el Comando Sur tiene dos bases en el sur de Argentina. Una encubierta como la de Neuquén y otra explícita como la de Ushuaia. Esto demuestra la planificación previa y el explícito interés que existe por parte del país más importante de la OTAN en la Patagonia Argentina y en la Argentina Austral. Situación que los últimos gobiernos nacionales encabezados por Mauricio Macri y Alberto Fernández han instrumentalizado, y que ahora el gobierno de Javier Milei institucionaliza a niveles sin precedentes.
“Lo que hay más allá de los acuerdos es una clara intervención extranjera sobre nuestras tierras, defensa y soberanía. Y es importante entender que no es solo Estados Unidos quien pretende la Patagonia o la Antártida, sino también Gran Bretaña e Israel. Lo que une a estas tres administraciones es que adhieren al sionismo que en este momento lleva a cabo un genocidio en Palestina. Quienes están financiando y ejecutando ese avance contra la humanidad en Medio Oriente son quienes están detrás de estos acuerdos militares intervencionistas”, acusa el periodista.
Del Grosso identifica una profundización de la histórica injerencia norteamericana en la formación no solo de militares argentinos, sino de jueces, periodistas, políticos y personajes públicos con influencia social. “A medida que avanzando política e institucionalmente, avanzan militarmente”, concluye.

Veo en el futuro repetir el pasado
El ingreso de tropas extranjeras a territorio continental supone un salto cualitativo por parte de Estados Unidos en su influencia sobre los destinos de la Nación. Que este acuerdo tenga lugar en los mismos días que Argentina negocia una nueva toma de deuda con el FMI no es casualidad.
Firmar este tipo de acuerdos a pocos días del aniversario del último golpe cívico-militar, el cuál contó con la participación de EE.UU. en la formación de represores y la instalación del modelo económico neoliberal vigente, y cerca del aniversario de Malvinas, donde soldados argentinos murieron por la responsabilidad de altos mandos y de las tropas británicas, quienes contaron con inteligencia y cooperación estadounidense, es una falta de respeto a la memoria histórica e identidad nacional, y un avance de ocupación política, militar y cultural sin antecedentes en las últimas décadas.
La situación es compleja y amerita acciones urgentes en defensa de la casi inexistente Soberanía Nacional. Argentina es un país tan (neo) colonizado como irreverente ante los avances foráneos del tridente enemigo de la Nación: EE.UU., Reino Unido e Israel. El antiimperialismo, el nacionalismo y el integracionismo latinoamericano están en nuestros genes fundantes, pero no en la actual dirigencia política nacional. Sería hora de que Argentina empiece a escribir nuevamente su historia de liberación sino quiere retroceder 2 siglos en dos años.