El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, anunció el domingo un acuerdo provisional entre Washington y Pekín que permitirá a China postergar durante un año las restricciones a la exportación de minerales de tierras raras y, al mismo tiempo, reanudar la compra de soja estadounidense.
El pacto evita, por ahora, un aumento del 100 % en los aranceles anunciados previamente por el presidente estadounidense Donald Trump.
Trump había advertido que, en caso de que China aplicara controles globales a la exportación de tierras raras, Estados Unidos impondría un incremento arancelario del 100% sobre productos chinos desde el 1 de noviembre, situación que finalmente no se concretará tras las discusiones bilaterales.
«Creo que lo hemos evitado», afirmó Bessent, al confirmar que Pekín también retomará «compras agrícolas sustanciales», una de las exigencias de Washington.
Acerca de las restricciones, el funcionario estadounidense precisó que China aceptó «retrasarlas un año mientras las reexamina», una concesión que fue negociada esta semana en conversaciones lideradas por el viceprimer ministro chino, He Lifeng, en Kuala Lumpur. Estas reuniones coincidieron con la sexta cumbre de líderes de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) celebrada en la capital malasia, a la que asistió Trump.
Por su parte, el representante de Comercio Internacional de China, Li Chenggang, confirmó al cierre de las conversaciones un «acuerdo preliminar», señalando que ambas partes exploraron “propuestas adecuadas para abordar las preocupaciones mutuas”. Según la transcripción difundida por la agencia oficial Xinhua, el siguiente paso será que cada país complete sus respectivos procedimientos internos de aprobación.
El funcionario chino indicó que el diálogo con Washington -la quinta ronda desde abril, tras la última reunión en Madrid- abordó «numerosos temas» incluidos los controles a las exportaciones, la prórroga de la suspensión recíproca de aranceles y la cooperación para combatir el tráfico y consumo de fentanilo.
También se discutieron medidas relacionadas con tarifas estadounidenses sobre buques chinos, así como la posible expansión del comercio bilateral. Li reconoció que Estados Unidos mantuvo una postura “firme”, mientras que Pekín “defendió con determinación” sus intereses.
El propio Bessent aseguró horas antes, en una rueda de prensa, que Pekín y Washington han levantado “unas bases muy sólidas para un encuentro exitoso” previsto para el 30 de octubre en Corea del Sur entre Trump y el presidente chino Xi Jinping.
Al término de las conversaciones, el viceprimer ministro He Lifeng hizo un llamado a “preservar conjuntamente los logros obtenidos” en la capital malasia, subrayando que el desarrollo estable de las relaciones comerciales y económicas bilaterales “responde a los intereses fundamentales de ambos países y sus pueblos”.





