Tras pagar cuotas durante un año y medio, descubrió que su dinero iba a parar a la cuenta personal de un empleado de la concesionaria, sin que su plan fuera registrado. Luego de presentar denuncias y enfrentar varios intentos fallidos de resolución, el caso fue a juicio.
Un hombre de Viedma denunció haber sido víctima de un fraude al intentar adquirir un vehículo Renault Duster mediante un plan de ahorro. El hombre había acordado un pago de 84 cuotas, pero tras varios meses de pagos, nunca recibió el contrato ni los cupones de pago correspondientes. Al consultar con la agencia, le dieron un CBU donde continuó depositando el dinero durante un año y medio.
Después de notar la falta de transparencia en el proceso, el hombre comenzó a sospechar de una posible estafa y finalmente presentó una denuncia penal. Tras una investigación, se descubrió que las cuotas no se habían destinado al plan de ahorro, sino a la cuenta personal de un empleado de la concesionaria.
El juez dictaminó que tanto la fábrica como la concesionaria deben indemnizar al hombre por daño moral con un millón y medio de pesos y devolver el dinero abonado por las cuotas y gastos, ajustado a la inflación.