En medio de una coyuntura nacional compleja y un escenario local que no escapa a las tensiones del momento, José Larraburu, Secretario Gremial del Sindicato de Empleados de Comercio en Tandil, ofrece una mirada directa y realista sobre el presente del sector. Aunque en la superficie la apertura de nuevos negocios puede dar la ilusión de dinamismo, lo cierto es que -según advierte- el panorama laboral muestra signos de deterioro que no pueden ignorarse.
«Estamos pasando por un momento bastante complicado a nivel económico y laboral. Si hablamos solo de números, sin tener en cuenta que hablamos de personas, no se notan tantos cambios para mal porque están abriendo nuevos negocios. Pero sin tener en cuenta esos lugares, es una situación complicada», planteó Larraburu en Radio Voz (FM 106.9). Su diagnóstico se apoya en el seguimiento cotidiano que realiza el sindicato, tanto del comportamiento de los empleadores como de las condiciones que atraviesan los trabajadores.
Uno de los sectores más afectados en Tandil es el de vestimenta, donde se han registrado mayores pérdidas de puestos de trabajo. En contraste, los grandes supermercados no muestran caídas abruptas, aunque sí se perciben señales nuevas: «Para el tamaño de nuestra ciudad, no se nota tanto en los grandes mercados porque siempre tienen rotación de personal y manejan los mismos porcentajes. Lo que sí notamos estos últimos meses es que ha cambiado un poco eso y no están tomando tanto trabajadores, son más las bajas que las altas».
La situación no es exclusiva de Tandil, pero la comparación con otras ciudades de similar tamaño permite medir el impacto real: «Desde siempre es un tema preocupante. La situación del país es difícil y cada ciudad es muy particular. Comparando a Tandil con otras ciudades del mismo tamaño, ahora es muy parecida, aunque en otros momentos siempre estábamos mejor que en otras partes».
En este contexto, la tarea gremial se vuelve esencial. «Nosotros visitamos a los negocios y a los empleadores cuando vemos que hay algún problema, para ver si podemos dar una mano desde el Gremio. Estamos en contacto con gente de otras ciudades y el panorama no es bueno», subraya Larraburu.
Uno de los focos recientes de preocupación fue la viralización de versiones que hablaban de un eventual retiro de Carrefour del país. En Tandil, donde la cadena tiene tres sucursales, el rumor encendió alarmas. «Se replicó la noticia en los medios, se viralizaron videos, los compañeros empezaron a estar preocupados, nos pusimos en contacto con ellos, pero la realidad es que no es así. Tuvimos reuniones con representantes de Recursos Humanos de la empresa y nos dijeron que no está la idea de venderlo y mucho menos de irse del país, solo hay reestructuraciones sin achicar la cantidad de trabajadores».
El tema salarial es otro frente abierto, con paritarias firmadas pero no homologadas por el Gobierno Nacional, lo que genera incertidumbre y reclamos. «El tema paritarias es el más complejo de todos en este momento. Se firman paritarias casi todos los meses, cosa que no había pasado nunca en la historia», señala Larraburu. «Se firmó una en abril, que el gobierno nunca homologó, que era del 5,4% de aumento a pagar en tres meses. Pero como el gobierno no homologaba de más de 1% mensual, nunca lo hizo con nuestro acuerdo».
Frente a esa negativa oficial, el sindicato acordó una nueva instancia. «Tuvimos otro acuerdo en junio, para pagar desde julio, que era el 1% por mes más una suma fija de $40.000 todos los meses, pero tampoco se homologó, con la excusa que son inflacionarios. Todos nos hacemos la misma pregunta, si el aumento del trabajador de un 1%, no sabemos qué tan bien está la situación o qué tan fuerte es el plan económico».
A pesar de la falta de homologación, casi la totalidad de los empleadores tandilenses decidieron respetar los aumentos. Sin embargo, algunos no pagaron el de abril, y allí fue necesaria la mediación gremial: «Se tuvo que hablar, pues si después salía homologado les iba a ser más difícil de pagar al tener que hacerlo todo junto».
Hoy, con todos los incrementos pactados, el salario de un trabajador de comercio ronda el millón de pesos. Pero, como bien aclara Larraburu, no se trata solo de cifras. «Estamos hablando de personas».