He aquí una breve guía práctica sobre nutrientes esenciales y hábitos cardiosaludables, para prevenir enfermedades del corazón.

Foto: Unplash.
Redacción El País
Cuidar la salud del corazón es fundamental para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, una de las principales causas de mortalidad a nivel mundial. Aunque los suplementos nutricionales son cada vez más populares, no todos tienen el mismo respaldo científico. Los especialistas subrayan que estos productos deben considerarse un complemento, ya que los hábitos de vida saludables siguen siendo la herramienta más eficaz de prevención.
Vitaminas y nutrientes con evidencia científica
Hay tres micronutrientes clave para la salud cardiovascular:
- Omega 3: ayudan a reducir el colesterol, los triglicéridos, la presión arterial y la formación de placas de ateroma en las arterias.
- Ácido fólico: disminuye la homocisteína en sangre y mejora la circulación.
- Coenzima Q-10: se asocia a una menor mortalidad y a un mejor funcionamiento del sistema cardiovascular.
La Mayo Clinic advierte que no existen pruebas concluyentes de que las vitaminas prevengan los infartos o las enfermedades del corazón. Factores de riesgo como una dieta poco saludable, el tabaco, el colesterol elevado o la diabetes no se compensan con suplementos.

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Algunos estudios muestran posibles beneficios del ácido fólico, la vitamina C y la vitamina E, pero los resultados no se han confirmado en ensayos clínicos a gran escala. Lo mismo ocurre con la vitamina D, cuya suplementación no ha demostrado reducir las complicaciones cardiovasculares.
La clave: hábitos cardiosaludables
Los expertos coinciden en que la mejor estrategia para prevenir enfermedades cardiovasculares es mantener un estilo de vida saludable:
- Seguir una alimentación equilibrada con frutas, verduras, cereales integrales, frutos secos y pescado.
- Limitar la sal, los azúcares añadidos y las grasas saturadas.
- Evitar el tabaco y el sedentarismo.
- Mantener un peso saludable y realizar ejercicio físico regular.
Los suplementos como los Omega 3, el ácido fólico y la coenzima Q-10 pueden ser útiles como apoyo, pero nunca sustituyen una dieta equilibrada ni un estilo de vida cardiosaludable.
En conclusión, no existe una vitamina milagro para el corazón. La verdadera protección contra la hipertensión, el colesterol alto y las enfermedades cardiovasculares proviene de una alimentación saludable y de hábitos de vida sostenibles.

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