Siempre escuchamos hablar sobre la importancia de estirar luego de entrenar, pero especialistas ponen sobre la mesa la necesidad de replantearnos otra cosa.

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Redacción El País
Hacer ejercicio es una de las mejores decisiones para cuidar la salud, pero muchas veces se pasa por alto un paso fundamental antes de empezar: el estiramiento previo. Los especialistas coinciden en que preparar el cuerpo antes del esfuerzo físico puede marcar la diferencia entre un entrenamiento efectivo y una posible lesión.
Estirar antes de hacer ejercicio no se trata solo de “aflojar los músculos”. Esta práctica cumple una función esencial: activar la circulación, mejorar la movilidad articular y preparar los músculos para el esfuerzo que vendrá. Durante el reposo, el cuerpo está en un estado de baja temperatura muscular y menor flujo sanguíneo. Pasar bruscamente del sedentarismo a la exigencia puede generar microlesiones, tirones o incluso contracturas.
En su lugar, dedicar unos minutos a realizar estiramientos dinámicos —aquellos que implican movimiento, como balanceos de brazos o elevaciones de rodillas— ayuda a “despertar” el cuerpo gradualmente. Además, el estiramiento tiene un componente mental: permite concentrarse, conectar con la respiración y entrar en modo entrenamiento.

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Estáticos o dinámicos: no todos los estiramientos sirven igual
Hasta hace unos años, era común ver a las personas estirando de forma estática (manteniendo una postura durante varios segundos) antes de correr o levantar peso. Sin embargo, estudios más recientes indican que este tipo de estiramientos no son los más recomendables antes del ejercicio intenso, ya que pueden reducir temporalmente la fuerza y la velocidad muscular.
La alternativa más efectiva es el estiramiento dinámico, que consiste en movimientos suaves y progresivos que imitan los gestos del entrenamiento que se realizará. Por ejemplo, trotar en el lugar, hacer círculos con los hombros, sentadillas controladas o giros de tronco. Este tipo de activación mejora la coordinación neuromuscular y prepara el cuerpo para responder mejor al esfuerzo.

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Los estiramientos estáticos, en cambio, son más útiles después del ejercicio, cuando los músculos están calientes y se busca favorecer la relajación y la recuperación.
Incorporar el estiramiento previo como parte del entrenamiento no requiere mucho tiempo: bastan entre 5 y 10 minutos para activar el cuerpo de manera adecuada. Es un gesto simple que mejora la experiencia de entrenamiento, cuida el cuerpo y, sobre todo, ayuda a disfrutar del ejercicio sin dolor ni lesiones.
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