En tiempos en que en Occidente lo religioso está cada vez más relegado al ámbito privado, particularmente en el mundo científico y tecnológico, destacados especialistas evangélicos analizaron en Buenos Aires los desafíos que afronta la educación desde una perspectiva que incluya la dimensión espiritual como contribución al desarrollo integral de la persona.
Fue en el Primer Congreso Internacional de la Universidad Evangélica organizado por la Universidad Evangélica Argentina, la primera cada de altos estudios pentecostal del país, inaugurada en marzo bajo el impulso del pastor Osvaldo Carníval, que está al frente de la populosa iglesia Catedral de la Fe.
Bajo el lema “Mentes que brillan, corazones que arden”, expusieron académicos, investigadores y docentes, particularmente de Southeastern University, una institución académica estadounidense de más de 90 años de trayectoria con quien la Universidad Evangélica tiene un acuerdo de cooperación.
“Por mucho tiempo se creyó que la espiritualidad debía quedar fuera del aula, pero nosotros entendemos que el desarrollo integral del estudiante también incluye su dimensión interior, porque la educación sin propósito pierde profundidad y sentido”, dijo a Clarín el pastor Carnival.
En ese sentido, señaló que la Universidad Evangélica “busca así reconciliar la razón y la fe, promoviendo una visión holística del aprendizaje donde la ciencia y la espiritualidad se potencien mutuamente. Como expresó Pascal, ‘El corazón tiene razones que la razón no comprende’”.
Entre los expositores se contaron Chris Palmer y Justin Rose, de Southeastern University, quienes abordaron los desafíos que plantea la inteligencia artificial en el campo de la educación; Benjamin Gómez analizó el futuro de la educación argentina, y Meghan Griffin (SEU) expuso sobre liderazgo universitario y visión global.
El congreso también incluyó clases abiertas y foros temáticos, entre ellos un panel periodístico con Hugo Macchiavelli, Diego Ruscitti y Evangelina Himitian, titulado “Periodismo: una mirada ética en tiempos de posverdad”, y un Foro de Deporte y Fe.
El cierre musical estuvo a cargo de SEU Worship, la banda oficial de la universidad estadounidense, y contó con la participación del futbolista argentino Marco Di Cesare, quien compartió su testimonio sobre la fe y los valores en el deporte profesional.
Sobre la firma

Sergio Rubin
Editor de la sección Mundo, especialista en temas religiosos [email protected]
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