Por Martín Boerr
Miguel “Micky” Gartner, de 68 años, es un industrial misionero que ostenta un peculiar récord: su producto se mete en casi todos los hogares de la Argentina, con una presencia inigualada por ningún otro empresario del país o de otras partes del mundo.
Gartner, que fundó la productora de envasas para yerba mate “Envasando” en Leandro N. Alem hace 33 años, y comenzó a abrirse paso en un negocio absolutamente dominado por los porteños, hoy produce casi la totalidad de los envases de yerba mate de la Argentina: Taragüí, Playadito, Amanda, Rosamonte, Aguantadora, Cruz de Malta.
“Preguntame, mejor, cuál marca no envasamos, así hacemos más rápido”, le dice sin una pizca jactancia a Plan B, en una entrevista que concedió el miércoles pasado a la tardecita en Alem, donde inauguró junto al intendente Matías Sebely, el Hogar de Día que lleva el nombre de su madre “Margot”. Este periodista estaba tirándole nombres de marcas líderes, para confirmar si Envasando les hace o no el continente de su producto.
El dueño de Envasando dice que su empresa explica el 82 por ciento del mercado de envases de yerba mate. Hay otras firmas misioneras que también participan de ese negocio como Vivipack o Plastimi.
Es más, Gartner también le produce el envase a Canarias, la gran yerbatera uruguaya, producida en Brasil, que se está metiendo lentamente en la Argentina. “Por ahora venden unos 250.000 kilos o el 1 por ciento del mercado mensual, aproximadamente. Pero es un gusto que crece y habrá que competir con una molienda similar, más fina y suave”, dice este empresario, que ya hace un tiempo dejó el día a día de su empresa en manos de su hijo Juan.
“Parece fácil pero obviamente no lo fue. Nosotros empezamos en Bolsaplast, yo volví recibido de abogado en la UNNE y me tuve que meter en el negocio familiar para ayudar, nunca ejercí”, explica este hombre que nació en Buenos Aires y se radicó en Alem a los 3 años.
En Bolsaplast los Gartner hacían el llamado “envase secundario” a las marcas de yerba, es decir, las bolsas de nylon con la que se hacen los pack de paquetes de medio kilo para que el producto vaya de la industria a la cadena de distribución (supermercados, mayoristas, centros de distribución propios, etc.).
En 1992 se animó a armar su propia empresa y a intentar meterse en un negocio que, hasta entonces, las empresas misioneras y correntinas le daban a las industrias porteñas.
“Al principio fue prueba y error”, dice este empresario, que tiene una mirada muy interesante del sector yerbatero, ya que tiene una mirada incomparable de la cultura, forma de trabajar y estrategias de cada marca. Gartner, incluso, considera que Envasando en realidad más que productos, vende servicios a las yerbateras y su rol es conocer a fondo las necesidades de sus clientes.
“Siempre por supuesto vienen a tratar de sacarte el negocio, y en general lo hacen ofreciendo precios más baratos por lo mismo, pero yo digo que nosotros damos un servicio, entendemos las necesidades del cliente”, explica.
-¿Nunca ejerciste como abogado?
-No, nunca. Cuando vine en 1981, la empresa estaba en un cambio, se fue el vendedor, el gerente comercial y empecé a ayudar apenas vine. Después puse otra industria, Envasando, que la armé de cero y ya quede ahí. En Bolsaplast estaban trabajando con mi hermano y mamá, hacíamos polietileno para todos los productos en general, para hogar, industrias, envases secundarios, para yerba, tabaco, cobertura, todo.
-¿Qué sueño tenías cuando arrancaste con Envanando?
-Con Bolsaplast tenía de cliente a los yerbateros con el envase secundario (el pack) para envasar los envases de medio kilo, Vi una necesidad que eran los envases de yerba, había problemas, venían de Buenos Aires, tenían muchos inconvenientes. Así empezamos a trabajar con prueba error, probar con los yerbateros chicos primero. Fuimos creciendo y generando confianza en nuestros clientes, cumpliendo con sus necesidades hasta llegar a lo que es hoy. Estamos casi en el 82 por ciento del share de los envases de yerba en la Argentina (N. de la R.: son más de 500 millones de paquetes por año).
-¿Cuántos empleados tenés?
-Hoy son 214 personas. Yo prácticamente ya dejé la dirección, ahora esta mi hijo Juan, y tenemos un equipo muy profesionalizado y eso es lo que nos ha permitido ser líderes. Parece simple pero no es fácil. Pero es un orgullo poder decir que vamos nosotros a Buenos Aires a vender y que no vengan más desde allá, porque así logramos que no entre un envase de yerba mate que no sea misionero. Hicimos una industria que generó riqueza para Misiones, en la ciudad, para ser el sostén de 214 familias.
-¿El envase de yerba, como otros envases, trae mucho componente de afuer?
-Si, nosotros importamos mucho, por eso sufrimos mucho en 2023 (restricción a las importaciones por endurecimiento del cepo) hubo tiempo en que no pudimos importar. Algo se hace acá, algo de papel, tintas, pero los pigmentos vienen de afuera, polipropileno, viene mucho de afuera, la inversión en papel marrón que viene el 70 por ciento de afuera, la inversión en ese rubro fue muy baja en los últimos años. Al cerrar las fronteras (a la importación) nosotros si seguimos invirtiendo, pero otros no y vendían ese producto caro, el famoso “pescar en la pecera” y hoy van a tener que invertir y hacer eficiente su negocio.
-¿Ustedes le hacen el envase a Canarias?
-Nosotros le envasamos a Canarias en Brasil, que se hace en Encantado (Rio Grande do Sul) y se la lleva a Uruguay. La que se vende acá se envasa en Encantado y se lo hacemos nosotros. Creo que va a haber que hacer un producto para competirle, un picado fino, tipo Uruguay, habrá que competirle, trabajar con la calidad esa porque evidentemente ganó mercado, llegó al paladar de ciertas personas.
-¿No es un alerta que una yerba uruguaya se vaya metiendo de a poco en la Argentina?
-Mirá yo creo que Canarias es un buen producto, la empresa Baldo que produce Canarias es muy buena empresa, pero también coincide que hubo referentes a nivel mundial que tomaban la yerba. Por algo se hace tanta publicidad y han logrado que el consumidor comience a probar.
-¿Cómo hacés para que no te vengan a sacar los clientes de afuera?
-Es más difícil defender tu cuota que ganar mercado, ganar mercado no te digo que es fácil, pero se va logrando y la defensa es mas difícil a veces vienen con precio (más bajo) y yo siempre digo, el envase tiene un valor donde el precio es un componente, pero si vas a comprar envases tenés que conocer la empresa, su historia, para poder pagar más caro, algunos lo entienden y otros no lo entienden.
-¿Cómo ves los cambios con la desregulación yerbatera?
-Y algo habrá que hacer con el pequeño productor yerbatero.
-¿Y a la industria?
-Hoy es un mercado abierto donde cada uno hace valer el valor de su producto, hay diferencias de precios que a veces no se pueden a entender, cada uno le pone el valor que cree que vale y habrá que competir.
-¿Habrá ganadores y perdedores en la industria, también?
-Sin dudas, el mercado normalmente se va manteniendo en cantidad de kilos, pero va mutando de jugadores. Hay jugadores que van creciendo, otros venden menos. Ojalá los molineros sigan haciendo un muy buen producto para que el producto argentino se mantenga muy bueno y sigan todos tomando mate. Que no sea un tema de precio, porque cuando hay crisis no competís con precio, competís con calidad. Se necesita eso para que el producto siga siendo insignia.
-Contame algo sobre tu madre (Margot Neu de Gartner). Hoy inauguraron un Hogar de Día para ayudar a personas con consumos problemáticos, y es una forma de recordar su legado.
-Papá falleció cuando tenía 12 años, mi hermana 10 y mi hermano 18. Mi vieja una fiera, dejó una huella tan grande que es imposible seguirla. Era muy generosa, trabajaba muchísimo, tuvo que criar tres hijos con mi hermano Fritzie, pero también ayudaba mucho, tenía dos consignas: nadie se lleva nada y hay que ayudar a la comunidad que nos acoge. Mamá salió perseguida por el nazismo en 1934, primero recaló en Asunción y luego en Buenos Aires, hasta que se vino ya casada y con hijos en 1960 a Alem.
Plan B/ 14-5-2025