SpaceX realizó el noveno vuelo de prueba de su sistema Starship, compuesto por el propulsor Super Heavy y la nave espacial Starship. Durante el vuelo, ambos componentes sufrieron fallas graves que culminaron en una doble explosión. Es la tercera vez consecutiva que un ensayo de este tipo termina en una explosión. Las anteriores ocurrieron en enero y marzo de este año.
Se trata del sistema de lanzamiento desarrollando por la empresa de Elon Musk SpaceX. Mide más de 120 metros de altura cuando está completamente ensamblado. Su misión será transportar personas y carga tanto en órbita terrestre como hacia la Luna y, en el futuro, Marte.
SpaceX recibió más de 19.000 millones de dólares del gobierno de los Estados Unidos desde 2008 y es candidata para contratos estratégicos como el escudo de defensa antimisiles “Golden Dome”.
Doble explosión en el vuelo de prueba de SpaceX
Según la compañía y el propio Musk, el propulsor de la primera etapa explotó poco después del lanzamiento desde la Starbase en Texas, Estados Unidos.
Luego, la nave Starship experimentó una pérdida de presión en el tanque principal durante su fase de reentrada, lo que derivó en una segunda explosión.

Para Musk, se trató de «una gran mejora respecto al último vuelo», ya que la nave «llegó a la hora programada para apagar los motores».
«Además, no se produjo una pérdida significativa de placas de protección térmica durante el ascenso», escribió en la red social X, plataforma de su proiedad.
«Las fugas provocaron la pérdida de presión del tanque principal durante la fase de planeo y reingreso. Hay muchos datos útiles para revisar», detalló Musk.
«El contacto con el propulsor se perdió poco después del inicio del aterrizaje cuando experimentó un rápido desmontaje no programado aproximadamente 6 minutos después del lanzamiento, poniendo fin al primer revuelo de un propulsor Super Heavy», acotó SpaceX en un comunicado de su página web.
Además, el magnate adelantó que los próximos tres lanzamientos de la nave Starship de SpaceX serán uno cada «3 o 4 semanas». A principios de mayo, la empresa recibió autorización de la Administración Federal de Aviación (FAA) para realizar más de cinco lanzamientos anuales desde su base en Texas.

La compañía considera que cada prueba, incluso con fallas, brinda datos cruciales para mejorar la confiabilidad del sistema. “El éxito proviene de lo que aprendemos”, publicó SpaceX en sus redes.
«La revisión de datos está en marcha y se implementarán nuevas mejoras a medida que comience el trabajo para preparar los próximos vehículos Starship y Super Heavy para el vuelo», aseguró la empresa en su página web.
La FAA confirmó que hubo una «anomalía» durante el vuelo y que trabaja junto a SpaceX para investigar lo ocurrido. Aclaró que no se reportaron heridos ni daños a la propiedad pública.