Debido a la superpoblación de alumnos en la Escuela Secundaria N° 116 del barrio Oro Verde de Virrey del Pino, comenzó la construcción de un anexo que permita recibir a la totalidad de estudiantes. No obstante, la obra quedó paralizada por decisión del Gobierno nacional: ahora, fue vandalizada y las familias denunciaron graves hechos de inseguridad contra los adolescentes.
En diálogo con El1, padres y madres de alumnos de la institución, situada en el kilómetro 36 de la Ruta Nacional N° 3, reclamaron más seguridad para los más de 700 estudiantes que asisten a la institución. Asimismo, destacaron la importancia de finalizar las obras.


“Nuestros hijos están de prestado porque no tienen secundario. Ellos cursan en el pasillo de la Escuela Primaria N° 130, que no alcanza para todos. Hace más de 30 años que estábamos esperando esta obra, pero ahora está vandalizada y abandonada. Incluso se meten personas allí”, manifestaron.
Los trabajos fueron suspendidos dos años atrás. Desde ese entonces, los materiales de construcción e incluso un aire acondicionado fueron robados. “Se llevaron todo. Hace cuatro meses hicimos los reclamos formales sobre esta situación, pero todavía no recibimos respuesta. Nosotros como padres queremos que los chicos estén seguros, en un espacio propio para estudiar”, compartieron.


Continúa el pedido de seguridad en el barrio Oro Verde
En este contexto, el grupo de familias que se manifestó este viernes por la mañana frente a la institución alertó que los reiterados hechos de inseguridad que sufren los chicos de la Secundaria N° 116 también afectan a los alumnos de un jardín de infantes, de una escuela primaria y otra especial. “Les roban las mochilas a las 7.30 de la mañana. Esto ya no da para más”, denunciaron.
Si bien la comunidad organizada juntó firmas y elevaron las notas correspondientes, aun no cuentan con una respuesta concreta sobre esta situación. “Estamos cansados y en riesgo. Todos los días roban o agreden a los vecinos. Nosotros salimos a trabajar y también nos roban”, agregaron.


El jueves por la noche, las familias acordaron en realizar una “toma pacífica” de la institución para exigir la presencia de autoridades que hagan efectivo el cierre del perímetro del nuevo edificio. Además, solicitan que la obra inconclusa pase de Nación a Provincia, con la promesa de su pronta finalización.