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Redacción El País
La Federación Rural emitió un comunicado a propósito de la situación del campo frente a lo que consideran el atraso cambiarioque se presenta en Uruguay desde hace algunos años. La gremial entiende que se trata de “un problema estructural de nuestra economía, cuya gravedad se disimula momentáneamente gracias a mejoras transitorias en los precios internacionales o a grandes flujos de inversiones impulsados por exoneraciones tributarias”.
El documento hace referencia a la relación entre el dólar y la Unidad Indexada (UI) que se ubicó en valores relativamente estables entre 2011 y 2021 en comparación al promedio durante esos años. Sin embargo, la Federación reconoció que los períodos con dólar atrasado “tienden a ser más largos con respecto al período de compensación”.
Por otra parte, la agrupación menciona el valor del peso uruguayo, que se fortaleció de forma gradual frente al dólar luego de la crisis del 2002, entre 2004 y 2011; año en el que logró cierta estabilidad.

Foto: Archivo El País.
“Este comportamiento reflejaba un equilibrio intertemporal”, indicó la Federación y explicó que si bien existían períodos con dólar atrasado, eran corregidos posteriormente, lo que evitaba un “desalineamiento prolongado” que se quebró durante la crisis del 2002.
Costo financiero
“El deterioro ha sido sistemático y sostenido, sin señales de corrección”, dijo el comunicado respecto a la caída actual entre el dólar y la UI y agregó que esta situación de “atraso acumulado” afecta en particular al sector agropecuario.
En ese sentido, la Federación aclaró que durante los últimos tres años los productores asumieron un sobrecosto de US$ 1.000 millones, donde no se incluyeron los desajustes de costos internos correspondientes de la cadena cárnica (transporte, logística, entre otros).
Esto “aumentó la carga sobre el productor”, sostiene el comunicado y hace referencia a las tarifas en el puerto de Montevideo que aumentaron un 13% en dólares. Por este motivo, los productores entienden que pagaron “mucho más por el procesamiento y exportación de la carne”.

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Por otra parte, el comunicado incluye la actividad agrícola, que desde 2022 sufrió una significativa caída (-28%) en el precio de la soja; producto que pasó de cotizar a US$ 501 a US$ 361 por tonelada. Durante ese período, el índice dólar/UI se redujo un 22%, lo que implica una mayor cantidad de dólares para mantener el poder adquisitivo en términos reales. “Esto representa una pérdida combinada para los productores del orden del 42%”, denuncia el documento.
Para explicar esta situación, los productores expusieron que entre 2022 y 2024 el costo a tipo de cambio promedio por año totalizó más de US$ 1.063 millones. La federación explicó que el análisis se realizó con base en un tipo de cambio que corrige el desvío al punto medio del largo plazo. De hecho, comparó este enfoque al periodo comprendido entre 2011 y 2021, donde “el tipo de cambio resulta nulo”, señala y agrega que el sobrecosto corresponde a unos US$ 180 por cabeza de ganado.
Los productores indicaron que entre 2014 y 2021 el endeudamiento promedio del sector fue de US$ 670 millones, mientras que desde 2022 esta cifra aumenta a US$ 1.104 millones. “El incremento del endeudamiento del sector en los últimos años refleja -y es consecuencia directa- de un manejo discrecional del mercado cambiario”, indica el comunicado y concluye: “Por ello es imprescindible avanzar hacia una gestión más cuidadosa, predecible y transparente del mercado de cambios uruguayo. Asimismo, se requieren políticas compensatorias y regulatorias que contribuyan a preservar la competitividad y la sostenibilidad del sector ganadero”.