“La economía argentina en un nuevo ciclo”. Ese fue el tema que desarrolló el analista financiero y Magister en Finanzas, Federico Domínguez, en un panel que compartió junto con Juan Santos, vicepresidente de Unión Argentina de Jóvenes Empresarios (Unaje), en el marco del Foro “Argentina Andina: Energía, Minería y Desarrollo Democrático”. Domínguez consideró que el sistema cambiario se mantendrá y que, con el triunfo de La Libertad Avanza, en las elecciones legislativas, se consolidaron los fundamentals de la economía. En una entrevista concedida a LA GACETA, el analista indicó que se disipó “el riesgo populista” y que, a partir de ahora, tanto las grandes empresas como el ciudadano común comenzarán a invertir para que la Argentina crezca de manera sostenible.
-¿Cómo continúa la política cambiaria? ¿El gobierno sostendrá el sistema de flotación?
-El sistema de bandas se mantendrá y no hay ningún motivo para reemplazar ese esquema con límites inferiores y superiores para el dólar. Tenés una flotación dentro de esas bandas y que van creciendo al 1% mensual se van ampliando. Por lo tanto, en el largo plazo probablemente argentina cambie su sistema monetario, pero hasta aquí lo más importante es que se capitalice al Banco Central. Lo estás haciendo desde el activo, porque reforzaste las reservas, y desde los pasivos, porque eliminaste los pasivos remunerados y porque tenés una base monetaria chica en relación al Producto Bruto Interno (PBI). Tal vez pensando en el largo plazo, con el cierre del Banco Central ya sea por caja de conversión, por dolarización o por cualquier otro esquema. Mientras tanto, el esquema monetario actual es el que te está permitiendo eliminar la inflación, además de ver una baja en la tasa de interés después de las elecciones del 26 de octubre. Por esa razón, creo que a este esquema de bandas le queda un buen recorrido.
-El Gobierno alcanzó el triunfo electoral en las legislativas y encaró el diálogo con los gobernadores, con vistas a las reformas estructurales. ¿Qué más le falta para consolidar su plan económico?
-Tiempo. Lo que sucedió el 26-O fue importante, pero tenemos que analizar tres pilares: por un lado los fundamentales económicos. Tenés superávit fiscal basado en una reducción del gasto público del 30%, lo que lo hace más sustentable. Asimismo, tuviste una baja de la pobreza del 54% al 30% en lo que va de esta gestión y una reducción de la inflación del 13% al 2% promedio mensual. Estamos frente a un “boom” de las exportaciones como la Argentina no observó desde finales del siglo XIX, gracias a los hidrocarburos y a la minería. Los fundamentales económicos son muy sólidos. ¿Qué estaba pidiendo el mercado? Una ratificación electoral del rumbo económico. Eso lo tuviste. A eso se suma un fuerte apoyo internacional sin precedentes, en un mundo donde la geopolítica se impuso por sobre la globalización. Con el alineamiento hacia Occidente, no sólo a través de este respaldo financiero para cubrir los pagos de la deuda para los próximos 24 meses, las inversiones van a venir a la Argentina, como el caso de OpenAI (inteligencia artificial) o de la italiana ENI (hidrocarburo). Ese alineamiento implica importantes beneficios para la Argentina.
-Un colega suyo, Claudio Zuchovicki, decía que 2026 será el año de la economía real. ¿Coincide?
-Coincido. Fijate que la victoria de La Libertad Avanza del 26 de octubre ha implicado una fuerte baja de la tasa de interés. En la actualidad, la tasa de los préstamos interbancarios está en un 22%; la TAMAR bajó del 56% a la zona del 34%. Esa baja de las tasas por efecto del aumento de la demanda del dinero se traduce en más créditos para las empresas y en más préstamos para las familias. Al mismo tiempo, una banda superior que se percibe como sólida implica que habrá más baja de interés y, sobre todo, que las empresas se animarán más a tomar endeudamiento en dólares. Todo eso repercute en la economía real. El resultado electoral y haber despejado el riesgo populista implica que grandes empresas se animan a invertir en la Argentina y también en el ciudadano común que estaba esperando a ver qué pasaba en la elección para definir si remodelaba la casa, si alquilaba una casa en la costa para el verano. Son decisiones que se toman al ver una mayor certidumbre en el escenario.
-El crédito y el consumo son dos motores para el crecimiento. ¿Cómo se dará, además, la recuperación del poder adquisitivo?
-En términos de salarios reales, desde que asumió el actual gobierno hubo una recuperación paulatina del poder adquisitivo. En términos históricos, el consumo está en niveles altos; lo que pasa es que cambió su composición: más bienes durables y bienes de consumo que crecen a tasa más baja. Hasta marzo, la economía venía creciendo a buen ritmo. Luego se amesetó. Pero ahora, con el resultado electoral, creo que habrá una aceleración del crecimiento que continuará en los próximos años, porque Argentina está creciendo con bases firmes: superávit fiscal, baja de la pobreza, reducción de la inflación y de la deuda consolidada. Son cuestiones que pueden perdurar en el tiempo.
-El proyecto de Presupuesto 2026 te muestra datos que el mercado duda, como un dólar a $ 1.470 para el año que viene, una expansión del 5% y una inflación anual del 10.1%. ¿Están dadas las condiciones para que esos supuestos se cumplan?
-Creo que sí. La baja de la inflación está apoyada en fundamentals sólidos. El tipo cambiario irá a la baja. Todos son cumplibles, incluso la pauta de crecimiento.
-¿En qué fase del plan económico del ministro Luis Caputo nos encontramos?
-La fase uno es la que nos llevó a tener equilibrio fiscal, con superávit desde enero de 2024. La segunda es cuando se congeló la base monetaria amplia y dejó de haber emisión. La tercera se relacionó con la salida del cepo cambiario. Y creo que pasamos a la fase de crecimiento y de reformas estructurales, que requieren consenso y es lo que se viene por delante. Me refiero a la reforma laboral y también a la impositiva y garantizar el superávit fiscal por ley. Es plasmar el Pacto de Mayo en diferentes leyes para darle fuerza jurídica.
-¿A qué atribuye los temores a las reformas?
-Creo que el populismo ha hecho un gran trabajo en la cabeza de muchos argentinos y busca que la gente tenga miedo al cambio cuando, en realidad, el miedo debe ser a no cambiar, porque la Argentina, en las últimas décadas, se ha vuelto un país cada vez más pobre. El modelo de economía cerrada, de altos déficit fiscales y de intervencionismo fue una de las causantes del 54% de pobreza. En el país hay que reafirmar este camino de equilibrio fiscal, de apertura económica, de menos regulaciones y menos impuestos hacia el sector privado, que permitirá mantener el sendero a la baja de la pobreza. Por supuesto a mucha gente le costará llegar a fines de mes, pero la Argentina tiene un potencial para crecer en la próxima década. Por eso el mundo habla de la Argentina.





