El mediocampista uruguayo ingresó durante el segundo tiempo y fue clave para que su equipo consiga los tres puntos, por la quinta fecha de la Major League Soccer (MLS) de Estados Unidos.
Foto: @NewYorkRedBulls.
Redacción El País
El uruguayo Felipe Carballo comenzó el partido frente al Toronto FC en el banco de suplentes del New York Red Bull por la quinta fecha de la Major League Soccer (MLS) de Estados Unidos, pero ingresó al campo de juego del Red Bull Arena a los 65′ y fue clave para que su equipo se quede con los tres puntos.
El volante de 28 años jugó los cinco partidos de la temporada con su equipo desde que llegó en febrero, aunque cabe señalar que todos durante los últimos minutos y comenzando desde el banco de suplentes.
Cuando el partido estaba empatado 1-1, el exvolante central de Nacional puso una asistencia de primera dejar al goleador sueco Emil Forsberg mano a mano frente al arquero rival, que pudo vencer con un un sutil toque con el borde interno de su pie derecho.
Fue el gol que decidió el partido para abrochar el 2-1 final a favor del local, que valió por la segunda victoria del club para sumar ocho puntos (dos triunfos, dos empates y una derrota). Se ubica en el séptimo puesto de la Conferencia Este, cuatro unidades por debajo del líder Philadelphia.
El marcador lo abrió el propio Forsberg en la hora del primer tiempo de penal, cobrado a instancias del VAR luego de que el defensor Henry Wingo bajara adentro del área al puntero Raheem Edwards, seis minutos antes: la falta fue a los 38′ y el penal se pateó a los 44′.
Recién ingresado, el delantero Deandre Kerr empató el partido con un remate de cabeza notable tras el centro que le tiró Derrick Junior.
La insólita expulsión de Carballo
Ya en los descuentos del partido, Carballo hizo una falta táctica para evitar la salida rápida del equipo rival y luego agarró la pelota para evitar también que sacaran rápido. El árbitro decidió amonestarlo, cosa que al uruguayo no le pareció excesivo y le protestó la tarjeta (la primera que recibió en la MLS).
Lo cómico es que la segunda llegó instantes después: el uruguayo retrocedió al costado del árbitro insistiendo en que no debía haber visto la amarilla, y el juez perdió la paciencia: le mostró la segunda y luego la tarjeta roja, durante el segundo minuto de los seis de descuento.
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