Cuando Magalí Girardi (51) llegó inconsciente al Hospital Municipal de Santa Teresita, los médicos de la ambulancia pensaban que había tomado pastillas y alcohol. Así lo escribieron en el informe preliminar. Los doctores que la recibieron en la guardia de urgencias dudaron rápidamente de esa versión. Horas más tarde, cerca de las 21 del lunes, Girardi murió.
El resultado preliminar de autopsia determinó que la mujer murió de un fuerte golpe en la cabeza que tenía una evolución de aproximadamente 20 días. Según la autopsia, fue un shock neurogénico producto de un edema cerebral, a consecuencia de una hemorragia subaracnoidea.
El testimonio de su madre, con quien estaba en la casa al momento que se desvaneció, fue clave para determinar que Girardi era víctima de violencia de género.
La mujer señaló como responsable a la pareja de su hija, con quien convivía hacía poco tiempo. Dijo que no lo denunció por temor a represalias y que la tenía amenazada. El hombre fue identificado como Norberto Hernán Rivadeneira (52).
El testimonio de una vecina en la misma línea fue otra prueba recabada por la investigación. La mujer afirmó que Girardi era golpeada por Rivadeneira y que no lo denunciaba por miedo.
Una vez librada el pedido de detención por parte del fiscal Gustavo Mascioli, a cargo de la Fiscalía N° 1 del partido de La Costa, la Sub-Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) del distrito comenzó la búsqueda del sospechoso junto con la Secretaría de Seguridad municipal.
Fue entonces que analizaron las cámaras de seguridad. Una de ellas identificó al hombre subiendo a un micro de larga distancia en Santa Teresita. Rápidamente los policías fueron hacia la próxima termina, en San Clemente del Tuyú.
Finalmente, la policía detuvo al hombre, que viajaba con destino a la zona oeste del Conurbano. Rivadeneira quedó detenido acusado del homicidio agravado por el vínculo y en contexto de violencia de género, que prevé una única condena a prisión perpetua.