A pesar de las persistentes amenazas de lluvia, la Fiesta Nacional del Caballo volvió a demostrar su poder de convocatoria y su profundo espíritu tradicionalista con el ya clásico almuerzo criollo en la laguna, un merecido reconocimiento para los casi 2000 visitantes que engalanaron el desfile del domingo.
El evento se desarrolló sin contratiempos, tal como estaba pautado, congregando a la multitud alrededor del aroma inconfundible de la carne asada. El plato principal, protagonista indiscutido, fueron las ocho vaquillonas asadas, preparadas con la dedicación que distingue a esta fiesta.
En una entrevista exclusiva con el canal de noticias Bragado Informa TV, Fabio Molina, el encargado local de la monumental cocción, compartió detalles sobre la logística y el esfuerzo detrás de este agasajo masivo. El asador, figura central en la tradición gauchesca, destacó el trabajo a fuego lento que garantiza el sabor y la ternura de la carne, un proceso que involucra largas horas y un equipo comprometido.
El evento no solo celebra la destreza ecuestre y la tradición, sino también la hospitalidad. El público y los visitantes que degustaron la comida, entre ellos el animador y payador Nicolás Membreani, elogiaron la calidad del asado y la calidez del recibimiento que la Fiesta Nacional del Caballo ofrece a quienes participan del desfile. Una vez más, la tradición se impuso al clima, reafirmando que este agasajo es el broche de oro para una jornada de celebración de la identidad criolla.
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