En el cierre de un año en el que la religión católica estuvo en las primeras planas por la muerte de Francisco y la elección de un nuevo Papa, la cabeza del Vaticano volvió a quedar en el centro de la escena, pero esta vez por un hecho más trivial: León XIV quedó seleccionado en el ranking de personas mejor vestidas de 2025, según Vogue. Una lista que involucra nombres como Rihanna, Bad Bunny y Jenna Ortega.
Al justificar la elección, el artículo de la revista de moda destacó las decisiones estéticas de León XIV, que «rompió con el pasado de humildad» de su predecesor Francisco, a pesar de que mantuvo al sastre que se encarga hace casi veinte años de las vestimentas litúrgicas, Filippo Sorcinelli.
Desde su primera aparición pública como sumo pontífice, Leon XIV mostró una fuerte ruptura simbólica con su antecesor, que había decidido sostener una imagen austera y con la menor cantidad de ornamentos posibles.
El nuevo Papa eligió salir al balcón para mostrarse por primera vez ante el pueblo, en la logia central de la Basílica de San Pedro, vestido con una capa de satén rojo combinada con detalles bordados en dorado, además de un cordón de seda del mismo tono oro.
El nuevo papa León XIV desde el balcón de la Basílica de San Pedro en el Vaticano. Foto: EFE.Clarín habló con Filippo Sorcinelli, el italiano a cargo de vestir al Papa, sobre cómo fueron sus primeros pasos en el Vaticano, su relación con Francisco y cómo es vestir a la máxima autoridad de la Iglesia católica.
Filippo Sorcinelli, el hombre que viste al Papa
«El camino fue natural y sencillo a la vez», consideró Sorcinelli ante la consulta de este diario sobre cómo llegó a convertirse en «el diseñador del Papa». Sus primeros pasos los dio en el taller artesanal de su tía y su hermana, en Mondolfo, Italia, donde hizo sus primeros trajes eclesiásticos para un amigo que decidió convertirse en sacerdote.
A partir de eso, «se corrió la voz», dijo. «El boca a boca se extendió entre el clero y, después de unos años, mi trabajo también fue reconocido por el Vaticano durante el pontificado de Benedicto XVI», agregó.
En 2007 comenzó a vestir a Benedicto XVI, para quien elaboró más de 50 túnicas ornamentadas y llenas de detalles durante su papado, que finalizó con su renuncia en 2013. Otro estilo bien diferente al de Francisco.
El Papa Benedicto XVI en un encuentro con cardenales, en el Vaticano, Febrero de 2013. Aunque esa primera llamada de la Oficina de Celebraciones Litúrgicas fue la que le cambió la vida para siempre, confiesa que la emoción más grande fue cuando vio por primera vez al Papa vestido con sus prendas, por la tele. Si bien él había hecho uno de sus diseños para el sumo pontífice, no estaba asegurado que fuera a elegir su pieza entre otras alternativas.
«Es una experiencia que eleva el corazón enormemente. Diseñar para un pontífice significa dar forma a un pensamiento universal, capaz de representar la fe, la historia y una visión», expresó el diseñador a este medio.
Sorcinelli tuvo la oportunidad de realizar sus primeras prendas para el Papa Francisco en 2013, para una de sus primeras apariciones públicas. El pedido demandó que pudiera resolverlo en un período de tiempo muy breve, según instrucciones bajadas directamente desde la cabeza del Vaticano.
Filippo había visitado recientemente la Santa Sede, lo que le sirvió de inspiración para realizar un atuendo simple en colores crema, blanco y dorado para la primera aparición masiva del pontífice argentino.
El papa Francisco ofrece la homilía de su primera misa como sumo pontífice en la Capilla Sixtina, jueves 14 de marzo de 2013. Para Sorcinelli es muy importante reflejar la sensibilidad de cada Papa en su trabajo, aunque siempre arregló los detalles de cada prenda en diálogo con la oficina de Celebraciones Litúrgicas, y no de forma directa con el Papa de turno.
No se toman medidas, no hay encuentros para probar la ropa ni hacer ajustes de último momento. Los encargos los realiza esta oficina, conformada por un equipo de sacerdotes especializado que se ocupa de ver que los atuendos cumplan con las normas de la liturgia. Acá, la moda obedece a la ceremonia.
Sin embargo, contó que mantuvo un breve cruce con Francisco. «Nuestro único encuentro fue fortuito y muy lleno de simpatía», se limitó a decir a este diario. Ya en una entrevista previa con Vogue había reconocido haberse cruzado tanto con Francisco como con Benedicto XIV y simplemente expresó: «(Los encuentros) sucedieron, pero prefiero conservarlos en mi corazón».
Filippo Sorcinelli, el diseñador que viste al Papa.«Trabajar para el Vaticano significa observar reglas precisas, respetar las tradiciones y las formas; comprender el profundo significado de los ritos y plasmarlos en forma sagrada», indicó Filippo a Clarín.
Y no solo respeta las indicaciones que responden a los atuendos papales, sino también las reglas que el Vaticano impone para quienes ingresen. Cubierto de tatuajes, aros y piercings, el diseñador no tiene problema en taparlos o sacárselos para poder ingresar.
«Me los quito sin problema, porque, ante todo, profeso un profundo respeto hacia ellos. Además, eso lo hace todo más fácil, es una cuestión de empatía», dijo.
A pesar de llevar menos de un año vistiendo a León XIV -y pasó más de doce a cargo de los atuendos de Francisco-, Filippo logra identificar con facilidad las diferencias de estilo entre ambos.
Papa Leon XIV en Estambul, Turquía, noviembre de 2025. (AP Photo/Emrah Gurel)«Francisco trajo con él el poder de la humildad, un hábito que se convirtió en signo de fraternidad. En cambio, León XIV expresa energía y un sentido ‘cristocéntrico’, una presencia que requiere comprensión para crear vestimentas sagradas capaces de transmitir precisamente estos aspectos», explicó.
Y agregó: «Dos dimensiones vivas, ambas arraigadas en un misterio que trasciende el hábito mismo y la personalidad de cada individuo».
Al igual que Vogue, Sorcinelli menciona la humildad como una característica central del legado de Francisco que León XIV eligió dejar atrás, al menos a la hora de vestirse. En ese sentido, la revista de moda eligió como «mejor outfit» su primera aparición pública en la basílica de San Pedro, donde usó una capa de satén rojo.
Papa Leon XIV en el Volkswagen Arena, en Estambul, Turquía. REUTERS/Umit BektasSin embargo, como foto para graficar su estilo optaron por un look que usó recientemente en Turquía: una capa violeta brillante con bordados dorados y detalles crema.
Aunque las normas litúrgicas imponen cierta continuidad en los atuendos papales, cada pontífice deja su impronta, producto de sus prioridades, sus sensibilidades y su pasado cultural. Desde sus inicios en el Vaticano, 2025 fue la segunda vez que Sorcinelli tuvo que atravesar este cambio.
El diseñador reveló que cuando sale la fumata blanca y se conoce a la nueva autoridad máxima de la Iglesia, hay tres túnicas blancas ya preparadas en diferentes talles para que use el flamante Papa.
Papa Francisco en la vigilia de Pascuas, 15 de abril de 2017. EFE/EPA/CLAUDIO PERI Después, comienza un trabajo que requiere conocer la identidad visual del nuevo pontífice y una atención artesanal al detalle. «Es una tarea que combina disciplina y libertad creativa, como si fuera la extensión de una oración que toma forma», dijo el diseñador.
En abril de 2025 estuvo a cargo de diseñar la mitra con la que Francisco fue enterrado, una toca alta y puntiaguda, en tono blanco y detalles dorados, en sintonía con su estilo humilde y la grandeza que quedó demostrada en cada homenaje postmortem.
Moda, perfumes, música y religión: un artista multidisciplinario
Sorcinelli no es solo un diseñador, es un artista, y su vínculo con la Iglesia va más allá de vestir al Papa. Desde los cinco años desarrolló una fascinación por los aromas y las vestimentas eclesiásticas que lo llevó a aprender sastrería y bordado de la mano de su tía costurera.
Según dijo a este diario, su vínculo con la religión comenzó «de niño, entre los muros de la parroquia de Mondolfo, con el silencio laborioso de mi madre, captando la luz de los detalles ocultos en cada rincón. Con el tiempo, esa semilla se convirtió en una verdadera vocación».
Estudió en un conservatorio de arte y en el Instituto Pontificio de Música Sacra de Roma, hasta llegar a ser organista principal de las catedrales de Fano, Rímini y San Benedetto de Tronto.
Filippo Sorcinelli, el diseñador que viste al Papa.En 2001, con 26 años, Filippo diseñó su primera prenda litúrgica para un amigo que iba a tomar sus votos como sacerdote, impulsado «por su deseo de crear un regalo significativo, pero también de explorar un territorio novedoso».
Así fue como creó la primera pieza de LAVS, su marca, que es un acrónimo para Laboratorio Atelier Vesti Sacre y además significa «alabanza» en latín.
En pocos años, se convirtió en una marca referente del sector tanto en Italia como en todo el mundo, a cargo de las vestimentas eclesiásticas, adornos y accesorios de la liturgia católica.
El papa León XIV en la misa de investidura, en la Plaza de San Pedro, en la Ciudad del Vaticano. Mayo 2025. (Xinhua/Alberto Lingria) Incluso, en 2013 se encargó de la reconstrucción de las vestiduras sagradas de Celestino V, el Papa 192° y el primero en renunciar al cargo. «Fue un proceso muy curioso. Había que manipular los huesos, le hice hasta los zapatos», dijo Sorcinelli.
Ese mismo año, lanzó su línea de perfumes, UNUM, que significa «único». La decisión estuvo vinculada con un deseo de dar fragancia a los paquetes que enviaba con sus diseños y se terminó convirtiendo en una marca propia.
Muchas fragancias nacieron de las experiencias del diseñador, como «Io non ho mani che mi accarezzino il volt» (Yo no tengo manos que me acaricien la cara), que celebra al fotógrafo italiano Mario Giacomelli.

