El último paso de la reforma
El panorama de las empresas públicas en Argentina acaba de dar un giro definitivo. Tras meses de gestiones bajo el marco del DNU 70/2023, el Gobierno Nacional oficializó la transformación de Ferrocarriles Argentinos en Sociedad Anónima Unipersonal (SAU). Con este movimiento, se completa el esquema de reorganización que alcanzó a gigantes como AySA, Aerolíneas Argentinas y Corredores Viales.
Según confirmó el Inspector General de Justicia, Daniel Roque Vítolo, el proceso concluyó con la inscripción formal de la operadora ferroviaria. Esto significa que, aunque el Estado sigue siendo el único dueño de las acciones por ahora, la empresa pasa a regirse por la Ley de Sociedades Comerciales, igual que cualquier compañía privada.
¿Qué significa para el usuario de CABA?
Para los miles de porteños y bonaerenses que transitan diariamente por las terminales de Retiro, Constitución y Once, este cambio es el puntapié inicial para una posible llegada de capitales privados.
Al convertirse en S.A., la estructura de los trenes se vuelve más flexible para:
- Futuras privatizaciones o concesiones: El nuevo estatus legal facilita que empresas privadas puedan comprar acciones o hacerse cargo de la operación de los ramales.
- Asociaciones estratégicas: Abre la puerta a inversiones externas para mejorar infraestructura y material rodante.
- Gestión comercial: La empresa podrá operar con reglas de mercado, buscando mayor eficiencia operativa.
El futuro de la red ferroviaria
La lista de empresas que ya pasaron por este proceso incluye a sectores clave para la vida en la Ciudad, como AySA e Intercargo. En el caso de los trenes, la reconversión ocurre en un contexto de obras urgentes en ramales como el Mitre y el Sarmiento, donde la seguridad operacional y la frecuencia siguen siendo los temas que más preocupan a los vecinos.
Desde el Ministerio de Economía ya han deslizado que el objetivo es que el Estado se desprenda de activos estratégicos antes de fines de 2026. Por ahora, el silbato del tren sigue sonando, pero las reglas del juego han cambiado para siempre.




