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Los resultados de la investigación de Gendarmería Nacional destaparon la dimensión real del circuito ilegal que operaba en Finca Karina, en la frontera de Salta con Bolivia, una de las más calientes de la Argentina. Cada jornada, el predio fronterizo generaba en promedio más de $4 millones diarios en concepto de peaje cobrado a quienes cruzaban mercadería por un paso clandestino hacia y desde Bermejo, sin control aduanero ni migratorio.
De acuerdo al informe oficia de la fuerza nacionall, la banda cobraba $1.000 por lona (bulto que lleva el bagallero o los pasadores) y $2.000 por vehículo. En las orillas del río Bermejo, los gomones tardaban apenas quince minutos en llegar a las llamadas playas de aduana paralela. Allí, entre puestos de comida y venta de cerveza, los «paseros” cargaban muebles, electrodomésticos y otros bultos en una fila incesante de más de 300 camionetas, camiones y trafic que esperaban del lado argentino.
Operativo federal y cifras millonarias
El 2 de agosto, en el marco del Plan Güemes, fuerzas federales irrumpieron en el predio con drones, escáneres portátiles, perros adiestrados y carros de asalto. El despliegue, coordinado por el Ministerio de Seguridad de la Nación, contó con la participación de la Aduana, la Fiscalía Federal y efectivos del Escuadrón 20 Orán.
El procedimiento dejó 11 detenidos -entre ellos la policía María Laura Tintilay- e incluyó allanamientos simultáneos en los barrios Lapacho y Caballito de Orán. Además del dinero en efectivo, se secuestró mercadería valuada en $80 millones. Los presuntos dueños de las fincas permanecen prófugos.
Efecto colateral: un pueblo colapsado
El cierre de Finca Karina durante 48 horas provocó un ingreso masivo de entre 3.000 y 5.000 personas al casco urbano de Aguas Blancas, según el interventor municipal Adrián Zigarán. La llegada de ese flujo extra a un pueblo sin margen de expansión saturó calles, estacionamientos y hasta la antena de telefonía celular.
Zigarán advirtió que muchos de los recién llegados creen que siguen en Finca Karina y pueden hacer lo que quieren y pidió refuerzos para controlar la situación. También reclamó que se regule el uso de chalanas, que cruzan el Bermejo sin aportar impuestos y con tarifas que suben cuando quieren.
La advertencia
Para evitar que surjan nuevos pasos ilegales, Zigarán propuso instalar un puesto de control fijo dentro de Aguas Blancas donde prefectura y gendarmería inspeccionen todas las embarcaciones. “Si no, en cinco días te crean Finca Karina dos o tres”, alertó.
La ministra Patricia Bullrich celebró en redes sociales el bloqueo del paso ilegal, pero en el pueblo el desafío recién empieza: frenar un negocio que, según Gendarmería, facturaba millones cada día mientras la frontera funcionaba como un corredor sin ley.