Bloomberg Línea — El entorno económico mundial atraviesa una etapa de alta incertidumbre, caracterizada por cambios abruptos en las políticas comerciales, endurecimiento de las condiciones financieras y tensiones geopolíticas persistentes.
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En este escenario volátil, el Fondo Monetario Internacional (FMI) aseguró que América Latina y el Caribe enfrentan una recuperación desigual, con riesgos de desaceleración en 2026 y una convergencia inflacionaria más lenta de lo previsto.
El crecimiento regional se estima en 2,4% para 2025, con una leve moderación a 2,3% en 2026. No obstante, el FMI advierte que los niveles de deuda pública han vuelto a alcanzar los picos observados durante la pandemia en varias economías. “Los balances primarios estructurales para 2025 y 2026 son más bajos de lo anticipado en octubre de 2024”, subrayó el informe, lo que refleja demoras en la consolidación fiscal y la necesidad urgente de medidas concretas.
A pesar de la retirada oportuna de los estímulos aplicados durante la pandemia, el Fondo considera que “aún se requiere un reequilibrio en la combinación de políticas, dado que la política fiscal ha sido expansiva en un contexto de política monetaria restrictiva desde 2022”. Este desajuste ha limitado el margen de maniobra para enfrentar nuevos choques externos y ha elevado los costos de financiamiento.

Exportaciones como motor.El FMI destaca que el cobre, la manufactura y el agro lideran el crecimiento regional, con un papel clave en Chile, México, Argentina, Brasil y Colombia.(IMF Photo/Lewis Joly/IMF Photo/Lewis Joly)
En este contexto, el FMI reiteró que “anclar la política fiscal en marcos creíbles a mediano plazo, respaldados por reglas claras, es fundamental para reducir la deuda y los costos de financiamiento, y apoyar el crecimiento a través de un mejor clima de inversión”.
Un llamado a la consolidación fiscal
El organismo destacó que América Latina y el Caribe han mostrado capacidad de resistencia frente a los recientes shocks globales. Según el organismo, la región ha enfrentado con relativa solidez el impacto de los nuevos aranceles impuestos por Estados Unidos y la desaceleración del comercio mundial, debido en parte a su baja exposición comercial directa con EE.UU., menores aranceles promedio y monedas más fuertes.
En su análisis, el Fondo subrayó que las exportaciones se consolidaron como el principal motor de crecimiento durante el primer semestre de 2025, impulsadas por el dinamismo del cobre en Chile, la manufactura en México y el repunte del sector agrícola en países como Argentina, Brasil, Colombia y Uruguay.
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Además señaló que el consumo privado se moderó en Brasil y México, mientras que se mantuvo firme en otras economías gracias a mercados laborales sólidos y un mayor acceso al crédito de los hogares.
En contraste, el crédito corporativo ha mostrado cierta desaceleración en línea con una inversión aún débil. En Centroamérica, Panamá y República Dominicana, el organismo destacó que las remesas continuaron siendo un pilar de apoyo para la actividad económica, mientras que en el Caribe el crecimiento se sostuvo gracias a la recuperación del turismo y al dinamismo del sector de la construcción.
En su informe sobre el Hemisferio Occidental, el Fondo instó a los países de América Latina y el Caribe a “reducir los niveles de deuda” a través de una consolidación fiscal creíble y sostenida.
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El organismo alertó que “la consolidación fiscal es fundamental para reconstruir los colchones y también apoyar la convergencia de la inflación hacia los objetivos, incluso a través de su impacto sobre la inflación y las expectativas de inflación”.
El FMI indicó que “los balances primarios estructurales para 2025 y 2026 son más bajos de lo anticipado”, al tiempo que advierte que “los niveles de deuda pública han alcanzado o superado los máximos de la pandemia en algunos países”.
En promedio, la deuda bruta del gobierno general en el grupo LA7 alcanzará el 69,9% del PIB en 2025, frente al 68,2% registrado en 2024. En el caso de Brasil, la proyección supera el 90% PIB, con una trayectoria aún ascendente.

Presión sobre bancos centrales.El informe destaca la importancia de mantener la autonomía de los bancos centrales para controlar la inflación y anclar expectativas.(IMF Photo/Lewis Joly/IMF Photo/Lewis Joly)
“Los objetivos fiscales necesitan estar respaldados por acciones concretas, ya que en algunos países dependen de medidas aún por identificar”, advierte el documento y dice que una consolidación fiscal efectiva debe centrarse en “abordar las ineficiencias del gasto e implementar una movilización de ingresos favorable al crecimiento” con el objetivo de proteger tanto la inversión pública como el gasto social.
Este esfuerzo también facilitaría la labor de los bancos centrales para reducir la inflación y consolidar expectativas, aliviando las presiones sobre la política monetaria.
La independencia de los bancos centrales
El informe del FMI dedica un apartado especial a la necesidad de preservar los avances obtenidos en política monetaria, en particular, a través de la autonomía de los bancos centrales. La institución recuerda que, en las últimas dos décadas, muchas economías de América Latina fortalecieron sus marcos institucionales, lo que permitió mejorar el anclaje de expectativas y reducir la volatilidad inflacionaria.
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“Las reformas que fortalecen la autonomía, capitalización y gobernanza de los bancos centrales serán fundamentales para mantener la estabilidad de precios y gestionar los shocks externos”, indica el informe. También afirma que “estas reformas han servido bien a la región para reducir la inflación y anclar mejor las expectativas, particularmente en contextos de bajo endeudamiento público”.
El documento añade que se deben “preservar los sólidos marcos de política monetaria establecidos en las últimas décadas, respaldados por reformas que refuerzan la independencia de los bancos centrales”.
En cuanto al manejo de la política monetaria, el Fondo destaca que “ha respondido adecuadamente a los desarrollos de inflación en toda la región”. Aunque las expectativas de inflación han permanecido relativamente estables, el informe señala que “se mantienen por encima de los objetivos en varios países”, lo que justifica una postura de cautela en el manejo de la política monetaria.
El FMI destaca que, en los países con menor deuda pública, los aumentos de tasas tienden a ser más efectivos para reducir la inflación y contener expectativas.

Crecimiento bajo potencial.América Latina enfrenta un estancamiento estructural por baja inversión, escasa productividad y débil integración comercial regional. IMF Photo/Lewis Joly(IMF Photo/Lewis Joly/IMF Photo/Lewis Joly)
El rezago estructural como desafío de fondo
Más allá del corto plazo, el organismo advierte sobre el débil crecimiento potencial de la región. La proyección de crecimiento a mediano plazo para América Latina se mantiene cercana al 2,5% anual, una cifra inferior a la de otras regiones emergentes. Esto se explica en parte por la desaceleración del crecimiento poblacional, la baja inversión pública y la persistente mala asignación de recursos.
“El crecimiento de la productividad total de los factores, aunque mejora ligeramente, se proyecta estancado y bajo en comparación con sus pares”, señala el informe. La región experimenta pérdidas de eficiencia equivalentes a entre 30 y 40 puntos porcentuales del PIB potencial debido a fallas en la asignación de recursos, según estimaciones del FMI basadas en datos empresariales comparados.
El Fondo también señala oportunidades desaprovechadas en términos de integración comercial y recuerda que “el comercio intrarregional en América Latina se encuentra hasta 50% por debajo del nivel esperado, una vez ajustado por factores estructurales como el tamaño del mercado, distancia y lengua común”.
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Frente a este panorama, el informe concluye que “estas reformas son críticas para hacer frente al entorno global cambiante y fomentar la inversión en un contexto de alta incertidumbre, dado que las políticas macroeconómicas de corto plazo por sí solas no pueden lograr estos objetivos”.
De cara al futuro, el FMI proyecta que el PIB regional aumentará 2,3% en 2026, con una inflación que se estabilizaría en torno a 4,3% en 2025 y bajaría a 3,5% en 2026. El informe anticipa que Brasil y México se desacelerarán por la combinación de políticas fiscales más restrictivas y los efectos de los aranceles estadounidenses, aunque México mostraría una recuperación en 2026. En contraste, Argentina, Ecuador y Jamaica registrarían una mejora tras los ajustes aplicados en 2024.
Según el Fondo, el crecimiento de Centroamérica se moderará en 2025 y repuntará en 2026, mientras que las economías del Caribe mantendrán un ritmo cercano al 2%. En cuanto a los riesgos, el FMI advierte que las proyecciones están sesgadas a la baja para el crecimiento, en un contexto de posible desaceleración global, mayor incertidumbre comercial y vulnerabilidad ante desastres naturales.