El Gobierno francés puso en vigencia un decreto que endurece las sanciones por comportamientos disruptivos a bordo. El país registró un aumento sostenido de incidentes y busca frenar episodios que pongan en riesgo la seguridad aérea.
Francia implementó un nuevo régimen de sanciones administrativas para combatir el creciente número de incidentes protagonizados por pasajeros conflictivos en vuelos. El decreto, publicado el 7 de noviembre y ya en vigencia, establece multas de hasta 10.000 euros, que pueden llegar a 20.000 euros en caso de reincidencia.
“Este nuevo marco regulatorio envía un mensaje contundente: el comportamiento disruptivo estará sujeto a sanciones efectivas”, afirmó el ministro de Transporte, Philippe Tabarot. Entre las conductas penalizables figuran amenazas, agresiones verbales o físicas, consumo excesivo de alcohol, desobediencia a órdenes de la tripulación y cualquier acción que comprometa la seguridad o el orden dentro de la aeronave.
El Gobierno explicó que la medida responde a una tendencia preocupante. Según datos oficiales, Europa registra entre 200 y 500 incidentes mensuales relacionados con pasajeros problemáticos. A nivel mundial, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) reportó en 2024 un incidente anormal cada 395 vuelos, una cifra que impulsó a varios países a revisar sus marcos regulatorios.
En paralelo, Francia creó una base de datos nacional en la que las aerolíneas deberán reportar los episodios de mal comportamiento a bordo. La Autoridad de Aviación Civil Francesa será la encargada de analizar cada caso y aplicar las sanciones correspondientes.
Con esta iniciativa, Francia se convierte en uno de los primeros países europeos en establecer multas administrativas específicas por conductas disruptivas en vuelos, más allá de las sanciones penales ya existentes. El objetivo, remarcaron las autoridades, es disuadir episodios que no siempre constituyen un delito, pero afectan la seguridad y la experiencia del resto de los pasajeros.



