Subidos en lo alto de la torre de comunicaciones de Alexanderplatz, el historiador Joan B. Culla me hacía observar que la frontera alemana con Polonia se encontraba a 80 kilómetros de Berlín, sin montañas ni ríos que impidieran la invasión alemana. Polonia ha sido ocupada muchas veces desde el este o desde el oeste, por Alemania o por Rusia. Sus fronteras son tan frágiles como las de Ucrania. Los dos países son estados sobre ruedas, como recordaba el excanciller Schmidt.
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