Por Pedro Bussetti*
Para contener la inflación, el Gobierno nacional está promoviendo la importación de algunos bienes, como los alimentos. Hicimos un relevamiento en base a datos del Mercado Central de precios mayoristas y vimos que las frutas y verduras importadas cuestan hasta un 160 por ciento más caro que las de origen nacional.
Por ejemplo, la naranja importada de España tiene un valor mínimo de 1.333,30 pesos, mientras que la de Egipto parte de los 1.266,70. Esto frente a las naranjas nacionales, originarias de Entre Ríos y Salta, cuyo valor mínimo oscila entre 388 y 555 pesos, con una diferencia de 160 por ciento.
Luego, la uva de Chile cuesta, como mínimo, 3.500 pesos frente a los 1.166,70 de la de Mendoza y los 1.800 de la de Río Negro: la diferencia promedio es de 156 por ciento. Y la palta, que tiene un precio mínimo desde Brasil y 5.300 desde Chile, compite con los 1.800 de la de Tucumán. Aquí, la variación es de 108 por ciento.
Para hacer este informe, no tuvimos en cuenta a la banana, que sabemos que viene de Ecuador y de Bolivia debido a que la producción nacional no alcanza para abastecer al mercado interno, ya que es muy chica y hay una necesidad en la importación.
Además de que esto no repercute en un beneficio al consumidor desde los precios, toda entrada de frutas y verduras importadas influye en la venta en el mercado interno. En primer lugar, perjudica a los productores, sobre todo, al trabajador rural que recoge la uva o la ciruela y ve afectada su fuente de trabajo si esta importación crece en el mercado interno. Esto termina redundando, así, en un perjuicio a la parte más débil de la parte de la producción.
*Director de Defensa de Usuarios y Consumidores