La producción de peras y manzanas enfrenta su peor crisis en 40 años por la caída de las exportaciones, el desplome del consumo interno y la falta de políticas de apoyo. Reclaman la declaración de emergencia económica ante el riesgo de abandono de chacras y pérdida de empleos.
El inicio de la cosecha de peras y manzanas expuso la grave crisis que atraviesa la fruticultura en el Alto Valle de Río Negro y Neuquén. Productores y cámaras del sector advierten que la situación es insostenible y que miles de hectáreas corren riesgo de quedar improductivas debido a los altos costos, la baja rentabilidad y la falta de políticas que incentiven la actividad.
Desde la Cámara de Productores Agrícolas de General Fernández Oro, su presidente, Carlos Zanardi, alertó que la ecuación económica es inviable: “Con este dólar pinchado y los aumentos de los costos internos, la producción no es rentable. La mano de obra representa el 65% del costo total y aumentó un 115%, mientras que el tipo de cambio oficial con el que se pagan las exportaciones no cubre esos costos”, explicó en diálogo con Tiempo Rural.
Producción en caída y chacras abandonadas
El retroceso de la fruticultura se evidencia en los números: en los años 70, Argentina exportaba el 40% de las manzanas del hemisferio sur; hoy, apenas el 10%. En la última década, la producción cayó un 23%, y la superficie cultivada en los valles de Río Negro y Neuquén pasó de 2 millones a 1,1 millones de toneladas anuales.
«Cada vez más chacras quedan abandonadas porque no hay compradores que quieran seguir produciendo. Antes, cuando un productor dejaba la actividad, otro tomaba la posta; hoy, simplemente quedan vacías», lamentó Zanardi. En algunas zonas, la mitad de las tierras ya no se cultivan, afectando a toda la cadena productiva.
La concentración del mercado y la incertidumbre del sector
Actualmente, el 80% de la producción nacional de peras y manzanas proviene de Río Negro y Neuquén, y más de 75 mil personas dependen directa o indirectamente de la actividad. Sin embargo, el negocio se ha ido concentrando en menos manos: hace diez años, el 34% de la superficie frutícola estaba en manos de 50 productores con más de 100 hectáreas cada uno; hoy, ese porcentaje lo concentran solo 37 grandes empresarios.
El sector esperaba respuestas del Gobierno nacional, pero hasta ahora no ha habido medidas concretas. «Nos dijeron que no van a devaluar y que el problema lo deben resolver las provincias, pero nadie va a hacer nada», aseguró Zanardi. «En las economías regionales hay desesperación, porque la crisis es terminal», advirtió.
Impacto en exportaciones e industria
El 44% de la producción de peras y manzanas se destina al mercado externo, con un importante impacto económico. En el caso de las peras, el 48,2% se exporta en fresco y el 32% se industrializa, principalmente para jugo concentrado, donde Argentina es el segundo exportador mundial. La manzana, en cambio, tiene un mercado más volátil: el 44,8% se consume en el país, el 14,2% se exporta y el 41% se industrializa.