El día de su cumpleaños un empleado de un supermercado de Galicia, España, de quien no trascendió el nombre, llegó a su lugar de trabajo con varias bandejas de panificados -entre medialunas o croissants, galletas, cuernitos y demás.
El hombre convidó a sus compañeros los productos antes de la apertura de la tienda. Luego, tal como indica el Diario SUR y retomó La Vanguardia, a media mañana compró más unidades en el supermercado.
Hasta ahí, siguiendo la nota de La Vanguardia, no hubo ningún dato alarmante. Pero el conflicto se desencadenó cuando los empleadores advirtieron que solo se le cobró una bandeja, algo que el trabajador enmendó más tarde.
Un hombre en Galicia fue despedido por comprar productos de panadería para sus compañeros.Al mes siguiente y sin indicios previos, recibió la noticia de su despido con causa. La empresa alegó una cláusula de su contrato que expresa, según relata La Vanguardia, que “el consumo, apropiación o uso a título personal de toda clase de objetos o mercancías perteneciente a la empresa, así como el hecho de consumir cualquier alimento o bebida fuera del área de reposo, tendría la consideración de falta muy grave, sancionable con el despido”.
Sin embargo, el trabajador acudió a la justicia porque consideró una medida desmedida y arbitraria.
La justicia determinó una indemnización de 105.716,09 euros para un hombre despedido por comprar productos de panadería en su lugar de trabajo Foto Shutterstock.La respuesta fue favorable para él. El despido fue declarado como improcedente y el Tribunal Superior de Justicia de Galicia obligó a la empresa a indemnizarlo con 105.716,09 euros.
Por qué el empleado tuvo razón
Diario SUR, tal como recopila La Vanguardia, consultó a diversas fuentes jurídicas para conocer el sustento de la sentencia.
Según los expertos, no hubo perjuicio económico para la empresa ni intención de fraude, puesto que “se conjuga un error combinado entre la nota confeccionada para su pago por la sección de panadería y el propio despiste del despedido, quien abonó lo que reflejaba el ticket, saldando la diferencia en cuanto tuvo consciencia del error y enviando un correo en el que descargaba de responsabilidad a la encargada de panadería”.
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