En 2024, el flujo de inversión extranjera directa (IED) en América Latina y el Caribe disminuyó un 12%, alcanzando los 164 mil millones de dólares.
Así lo informó la agencia de las Naciones Unidas para el comercio y el desarrollo (UNCTAD) en el Informe Mundial sobre las Inversiones 2025. A pesar de la disminución, el informe destaca indicios de resiliencia y potencial estructural a largo plazo de la región.
La disminución fue particularmente marcada en Sudamérica, donde economías clave como Argentina, Chile, Colombia y Brasil registraron fuertes contracciones.
Brasil, a pesar de perder el 8% de la IED, sigue siendo el principal receptor de capital extranjero, gracias a las inversiones en energías renovables.
Guyana y Perú, por otro lado, experimentaron un crecimiento significativo, impulsado por proyectos mineros y petroleros en alta mar.
En Centroamérica, el crecimiento fue limitado, con México a la cabeza en inversiones en los sectores manufacturero y logístico.
Según la Secretaria General de la UNCTAD, Rebeca Grynspan, la caída de las inversiones en 2024 -la segunda consecutiva- refleja un contexto marcado por guerras comerciales y conflictos armados, que retrasan la mejora del mercado laboral y el desarrollo sostenible.
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