Alivio. Eso logró River con su necesaria victoria en Córdoba por 2-0 sobre Talleres. No solo porque estaba obligado a cortar con la racha negativa de cuatro derrotas en fila, sino porque además con los tres puntos logrados se recuperó tanto en la tabla de su grupo como en la anual para clasificarse a la próxima Copa Libertadores. Pero el calendario lo obliga a volver a responder rápidamente en un examen más complejo: el viernes volverá a tierras cordobesas para jugar las semifinales de la Copa Argentina ante Independiente Rivadavia.
De lunes a jueves se darán los cuatro entrenamientos previos en los que Marcelo Gallardo preparará el equipo para poder clasificarse a una final por primera vez en este segundo ciclo que ya lleva un año y tres meses. Tal como lo fue en 2016, 2017 y 2019 con consagraciones con diferentes matices, la Copa Argentina hoy es esa “zanahoria” a alcanzar en el camino. Un objetivo concreto y cercano que además otorga un boleto directo a la Libertadores, más allá de hoy formar parte de los tres primeros puestos de la tabla anual. Para este River, será ganar para olvidar, luego de un año con cachetazos en todos los campeonatos.
En el armado del once inicial para jugar contra los mendocinos, el Muñeco le abre la puerta a dos piezas de peso que recuperará esta semana: Marcos Acuña y Enzo Pérez, quienes empiezan a acelerar para volver. El lateral izquierdo regresará después de dos semanas de recuperación por un duro golpe que recibió en la zona de la rodilla izquierda y que le afectó también los isquiotibiales. Debido a eso, se perdió los dos amistosos de la selección argentina y se ausentó ante Talleres, dejándole su puesto a Lautaro Rivero, quien salió en el primer tiempo por una descompostura y le cedió el lugar a Milton Casco.
En tanto, el capitán de 39 años también regresará, pero su presencia en el equipo titular no está tan clara. Enzo ya la semana pasada comenzó a elevar la exigencia de sus entrenamientos luego del profundo corte en la rodilla izquierda del 24/9 en Brasil que le demandó 14 días de kinesiología y gimnasio, sin poder saltar al campo por los siete puntos de sutura. Pero igualmente el mediocampista alcanzará ya un mes sin actividad oficial y el presente de Juan Portillo, regresando tras su expulsión con un correcto partido en Córdoba, le permite al DT tener una ficha garantizada en ese rol.
Esa fue una de las certezas que le dejó a Gallardo la victoria frente a Talleres. Y aunque el equipo todavía sigue en deuda desde el juego con mucho margen de mejora, no fue el único punto positivo. En la línea de fondo, Gonzalo Montiel -autor del primer gol- y Lucas Martínez Quarta levantaron su nivel y crecieron con respecto a los últimos partidos, mostrando una versión más segura, tanto para marcar como para salir desde el fondo y pasar al ataque. Punto a favor.
En el mediocampo sigue estando quizá el problema más central y estructural de este River. Más allá del correcto partido de Portillo, con más orden y presencia que despliegue y pase, el Muñeco todavía no termina de darle forma a la construcción de juego y por ahora opta por un estilo más directo. Kevin Castaño sigue sin poder asentarse en una posición, los momentos de Juanfer Quintero son intermitentes y Santiago Lencina fue más extremo que interno y no se acomodó tampoco.
Por eso, el técnico tuvo que cambiar rápidamente para la segunda parte: entró Matías Galarza por Lencina tras el entretiempo e ingresaron Maximiliano Meza y Facundo Colidio por Juanfer Quintero y Sebastián Driussi, el punta que no tuvo una buena noche. Y ahí está el otro punto a favor.
Las variantes surtieron rápidamente efecto y River se terminó quedando con el partido por los movimientos desde el banco. En una de las pocas jugadas claras de ambos equipos en los segundos 45’, apareció Galarza para recuperar una pelota, Salas para soltar rápido y una gran conexión entre Colidio y Meza para sellar el 2-0. Los dos atacantes entraron enchufados, dejaron buenas sensaciones y son dos alternativas que Gallardo necesita recuperar: Meza recién jugó su segundo partido en el semestre, tras operarse la rodilla luego del Mundial de Clubes y pasar más de tres meses inactivo; mientras que Colidio llegaba con solo dos asistencias y sin goles en sus últimos 15 partidos.
Por quinta vez en el año, Gallardo no hizo declaraciones luego de un partido. La anterior que se había ido sin hablar fue luego del triunfo 2-0 ante San Martín de San Juan en el Monumental por la séptima fecha. Una vez más, trató de correrse de la escena luego de una victoria que aportó algo de calma y sobre todo en una semana en la que se había debatido mucho en los medios periodísticos por las declaraciones de Jorge Brito, presidente millonario, sobre las responsabilidades en referencia al mal momento del equipo, aunque puertas para adentro aseguran que se recibieron de buena manera, como un mensaje de apoyo al trabajo diario del cuerpo técnico.
¿Qué equipo podría armar Gallardo para el viernes? La línea de fondo parece consolidarse con Armani; Montiel, Martínez Quarta, Rivero y Acuña; en el mediocampo parecen sostenerse Portillo, Castaño y Juanfer Quintero y el interrogante es el puesto de Lencina, con Galoppo, Nacho y Meza como otras posibilidades; y arriba es una fija Salas, mientras Driussi y Colidio se debaten el segundo puesto de la delantera. Decisiones que tendrá que tomar el Muñeco para otro importante y difícil examen a superar.





