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lunes, junio 2, 2025

Ganadería en alerta: ¿qué significa para la Patagonia el posible ingreso de carne brasileña con hueso?

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Audio: Productor ganadero, Gonzalo Ferrero.

Por Redacción.

El sur del país vuelve a ser territorio en disputa, aunque esta vez no se trata de fronteras visibles, sino de una línea sanitaria que ha protegido durante décadas a una de las regiones ganaderas más valiosas de la Argentina: la Patagonia. En el marco de un crecimiento sostenido de las importaciones de carne bovina desde Brasil en los primeros meses de 2025, y mientras el gobierno nacional evalúa levantar la histórica barrera fitosanitaria del Río Colorado, crecen las voces de preocupación desde el territorio.

En diálogo con este medio, Gonzalo Ferrero, productor ganadero de la provincia de Río Negro, compartió su mirada sobre un tema que despierta alertas tanto económicas como sanitarias. Desde su establecimiento al sur de la barrera, Ferrero remarcó la incertidumbre que genera la posibilidad de abrir las puertas a carne con hueso proveniente de regiones que aún no comparten el mismo estatus sanitario que la Patagonia. Aunque el ingreso masivo aún no se ha verificado, el escenario abre interrogantes que van mucho más allá de un precio en góndola.

Una barrera sanitaria bajo presión

La barrera fitosanitaria que se extiende al sur del Río Colorado no es un simple límite geográfico. Representa años de inversión pública y privada para construir una zona libre de fiebre aftosa sin vacunación, lo que permitió a la Patagonia acceder a mercados internacionales exigentes y garantizar un diferencial sanitario que la distingue del resto del país.

Hoy, ese estatus diferencial de la Patagonia podría estar en riesgo. Aunque el ingreso de carne con hueso desde el norte de la barrera fitosanitaria está prohibido, existe una excepción que permite sortear esa restricción: si los cortes están envasados al vacío, pueden atravesar la barrera sin impedimentos. Esta vía ha comenzado a ser aprovechada por algunos comerciantes.

En las góndolas, sin embargo, el impacto no se traduce en una baja de precios. La carne sin hueso o envasada al vacío, proveniente de otras regiones del país —e incluso de Brasil—, ya se comercializa en zonas sensibles como El Bolsón o el área de influencia de Vaca Muerta. Y lo hace al mismo valor que los cortes patagónicos.

Este escenario plantea una pregunta clave: si hoy el ingreso de carne desde otras regiones no modifica los precios al consumidor, ¿qué cambiaría realmente en los valores si se levantara definitivamente la barrera fitosanitaria?

El problema no es solo sanitario. La carne envasada proveniente de Brasil fue recientemente rechazada por la Unión Europea y el Reino Unido tras detectar la presencia de estradiol, una hormona de crecimiento prohibida en sus territorios por sus posibles riesgos para la salud. Que esos productos puedan terminar en el plato de consumidores argentinos, sin controles suficientes, preocupa tanto a productores como a organizaciones empresariales.

¿Competencia o desigualdad?

Para muchos ganaderos patagónicos, esta posible apertura representa un golpe doble. Por un lado, se expone a una competencia desleal con productos que no cumplen las mismas exigencias sanitarias ni de trazabilidad. Por otro, se corre el riesgo de perder mercados internacionales que hoy valoran la calidad diferencial de la carne patagónica.

Desde el sector ganadero aseguran que el problema de los precios no radica en la producción, sino en la cadena de intermediación. De acuerdo con diversas fuentes, la diferencia que hoy se paga en zonas como Vaca Muerta está más vinculada a los márgenes comerciales que a los costos del campo.

Abrir las puertas a carne más barata —como se plantea al intentar derribar la barrera sanitaria, tal como mencionamos anteriormente— no se traduce necesariamente en un precio más accesible para el consumidor final. Si bien dicho argumento podría aliviar el bolsillo en el corto plazo, también pondría en riesgo una estructura productiva que sostiene a numerosas economías regionales.

El horizonte: ¿una Patagonia sin barrera?

Mientras tanto, Brasil se prepara para obtener en junio el estatus de “libre de aftosa sin vacunación” por parte de la Organización Mundial de Sanidad Animal. Si eso sucede, el país vecino quedaría en igualdad de condiciones sanitarias con la Patagonia, y el ingreso de carne con hueso dejaría de ser una excepción para transformarse en una posibilidad real y constante.

Desde el gobierno rionegrino afirman que hasta el momento no se han detectado ingresos irregulares de carne vacuna desde Brasil. Sin embargo, en el sector ganadero la preocupación es creciente. Lo que está en juego no es solo el futuro del asado, sino el de un modelo productivo basado en el arraigo, la trazabilidad y la sanidad animal.

Ferrero lo resume con una lógica simple pero contundente: cuando se rompe la confianza sanitaria, es difícil volver atrás. Y en un mundo donde los mercados se cierran por precaución más que por evidencia, proteger lo construido durante décadas parece más urgente que nunca.

Redacción

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