Por Pedro Bussetti*
El mes pasado, a través de un decreto, el Gobierno nacional eliminó el fondo fiduciario que sostenía los recursos necesarios para darles un subsidio a los usuarios de gas licuado de petróleo. Este gas tiene un costo aproximado de 120 pesos por metro cúbico.
Según datos oficiales, los recursos de este fondo fiduciario entre el período de enero de 2015 a agosto de 2020, correspondieron a los aportes del Tesoro Nacional, con 4.347.145.086, 63 pesos, y a recargos a usuarios, con 25.909. 549.500 pesos. Esto representa un total de 30.256.694.586,63 pesos, es decir, una gran porción de este subsidio lo destinábamos los usuarios.
Las consecuencias de esto llegaron de inmediato. Por la disolución del fondo fiduciario para subsidios de garrafas, los usuarios que tienen que comprar garrafas porque no tienen gas natural, hoy, pagan 17.000 pesos si van a retirar la garrafa, y 21.000 si la reciben en su hogar. Este año, antes de su eliminación, el precio regulado fijado por la Secretaría de Energía era de 10.500 pesos. Al disolver el fondo, la garrafa aumentó automáticamente un ciento por ciento, aunque el número varía un poco según la región.
Además, el Gobierno disolvió este fondo a través de un decreto que no se debatió en el Congreso y este fondo había sido creado por ley, por lo que debería haber sido debatido en el Congreso. Además, afecta a 2.100.000 personas inscriptas en el programa Hogar.
Tarifas impagables
Si hablamos de un hogar con estufas en tres ambientes, comedor, cuarto y cocina, podemos estimar de un consumo de 200 metros cúbicos de gas natural. A 180 pesos el metro cúbico, serían 36.000 pesos, más el cargo fijo, es decir, un total de 55.000 pesos. Si sumamos el 25 por ciento de impuestos, hablamos de aproximadamente 70.000 pesos. Hablamos de estufas que no se utilizarían en forma simultánea.
Si tomamos en cuenta que muchos hogares tienen calefacción con energía eléctrica, teniendo un aire acondicionado frío calor, más un termotanque eléctrica y una cocina eléctrica, hablamos de unos 1.700 kw semestrales. Esto significa un gasto mensual de 120.000 pesos. Y hablamos de lo mínimo imprescindible para no morirse de frío en esta ola polar.
El mes pasado, estuvimos en un centro de jubilados de González Catán. De todas las personas que se acercaron, el 20 por ciento presentó facturas de energía eléctrica de más de 80.000 pesos mensuales ya que en varias zonas de esa localidad no hay gas natural. Entonces, estas familias se deben calefaccionar con garrafas, las que pagan 20.000 pesos.
Todos estamos convencidos de que la metodología que aplica el INDEC para medir la inflación no es la que corresponde para medir la realidad. La gente siempre dice que la inflación que informa el INDEC no es la real por el impacto que genera en los ingresos, mucho mayor a la oficial.
*Director de DEUCO