A pesar de las inclemencias del tiempo, la comunidad de General Villegas llevó adelante una serie de actividades en conmemoración del Día de la Memoria, por la Verdad y la Justicia. Los eventos fueron organizados por la Comisión de la Memoria, la Verdad y la Justicia local, presidida por Néstor Montoya, y contaron con una importante participación ciudadana.
Las actividades comenzaron en la tarde con la tradicional plantación de un algarrobo en el predio del Museo Histórico Regional, ubicado junto a las vías del ferrocarril. Esta acción, que se repite cada año, simboliza la memoria viva de las víctimas de la última dictadura militar en Argentina. Posteriormente, los asistentes marcharon por las calles de la ciudad hasta la Plaza Principal, acompañados por los tambores del grupo Candombe en Flor, que con su música aportaron un emotivo marco a la jornada.
El acto central tuvo lugar en el Paseo de la Memoria, donde se pronunciaron discursos alusivos y se presentaron distintos espectáculos artísticos. Músicos y cantantes locales interpretaron canciones relacionadas con la memoria, los derechos humanos y la lucha por la justicia, en un homenaje sentido a los desaparecidos durante la dictadura cívico-militar que tuvo lugar en el país entre 1976 y 1983.
Uno de los momentos más destacados fue la presentación de baldosas intervenidas con mosaiquismo, las cuales serán colocadas en el Paseo de la Memoria como parte de un programa de señalización y concientización sobre el golpe de Estado y sus consecuencias.
A pesar de la lluvia persistente durante gran parte del evento, el público se mantuvo firme en su compromiso con la memoria histórica, asistiendo en un número considerable y demostrando el interés y la importancia de esta fecha para la comunidad villeguense.
En los días previos a la conmemoración, los integrantes de la Comisión realizaron charlas en distintos establecimientos educativos de la ciudad, acercando a los jóvenes el testimonio directo de sobrevivientes y familiares de víctimas de la dictadura. Uno de ellos fue “Ruli” Pinedo, quien, en un emotivo encuentro, llevó puesta una remera con la inscripción: “Son 30.000 y uno es mi hermano”, recordando a su hermano desaparecido durante el régimen militar.