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lunes, marzo 31, 2025

Geografía personal y literaria de grandes escritores de España y América Latina

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Por Santiago Vargas

El periodista, editor y escritor español Juan Cruz Ruiz reúne pasajes de entrevistas, conversaciones, perfiles y anécdotas de más de medio siglo. WMagazín crea un retrato del oficio de escribir y de las miradas de los autores sobre la vida: de Jorge Luis Borges y Almudena Grandes a Javier Marías y Cristina Fernández Cubas

En Secreto y pasión de la literatura. Los escritores en primera persona, de Borges a Almudena Grandes (Tusquets), Juan Cruz Ruiz (Puerto de la Cruz, Tenerife, España, 1948) rinde homenaje “a quienes se empeñaron, se empeñan, en hacer de la literatura alma y oficio”. Lector, periodista, editor y escritor, Juan Cruz ha entrevistado a buena parte de los narradores españoles y latinoamericanos más relevantes desde hace medio siglo. Este libro recoge semblanzas, entrevistas y anécdotas de varios de ellos con cuyas voces se crea una geografía de la literatura en lengua española contemporánea y pinceladas de sus autorretratos personales y literarios.

Secreto y pasión de la literatura es un camino bifurcado de su libro Egos revueltos, de 2012, con el que obtuvo el Premio Comillas de Memorias. Estos pasajes transitan por las ilusiones, dudas, recuerdos y aspiraciones de los escritores y de sus miradas sobre la creación literaria, de la vida y de su posición en el mundo. Con un elemento común a todos los seres humanos: el ego. “Los mueve la pasión, y los mueve la vocación, pero el motor principal es, no lo duden, el ego; no están solo en ello, el ego nos mueve a todos”, escribe Cruz Ruiz.

Juan Cruz Ruiz (España, 1948).

La asignatura más difícil de los editores, reconoce el autor, que fue editor de Alfaguara en los años noventa del siglo XX, “es el aprendizaje del respeto al ego; si no la aprueban no son nada”. Y, ¿cuál es la asignatura más difícil de los periodistas culturales y literarios?

“Si es verdaderamente un periodista cultural estaría buscando siempre lo que no se ha explicado sobre un libro. Muchas veces los periodistas llegan a un acto y no se quedan a la rueda de prensa hasta el final. No tienen interés en lo que digan los autores a otros colegas”.

Juan Cruz Ruiz asegura que como periodista tiene poco ego, pero que se siente periodista todo el tiempo, trabajó durante varias décadas en el diario español El País y ha colaborado en varios medios de comunicación. Reconoce que es día y noche periodista un ochenta por ciento; por la noche escritor un veinte por ciento. ¿Y editor? “El editor que queda en mí está deseando ayudar a los que hacen lo que yo hice”.

De esas tres facetas, periodista, editor y escritor, surge esta geografía interesante, apasionada y reveladora de la carpintería de la escritura literaria y de los latidos de sus creadores. Una invitación a conocer un mundo de la mano de una de las personas que ha contribuido a su construcción y su divulgación:

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El soplo de la escritura: Cristina Fernández Cubas

¿Cómo fue tu infancia? ¿Qué argumentos te dio para ser escritora?

Siempre me gustó escribir. Era un juego que hacía en soledad, no necesitaba a nadie, tenía hermanas, pero escribir… No recuerdo la primera vez que me puse a escribir, era normal, incluso por eso hice periodismo… Para mí escribir era algo muy natural desde pequeña. No te diré que me consideraba escritora, pero sí lo era, escribía mis cosas. Luego hubo una época en la Facultad de Derecho en la que dejé de escribir, quizá porque mi espíritu crítico se desarrolló. Por eso digo que sé mucho del espíritu crítico: un poco de crítica va bien, pero el exceso de crítica te conduce a la inacción. Después llegó un momento en que volví con fuerza y me dije: voy a escribir y quiero terminar lo que empiece, porque empezaba algo, me cansaba y lo dejaba. Pero me recuerdo escribiendo desde pequeña, en el colegio era buena en redacciones y aunque no pegaba golpe, era considerada por ello.

***

Escribir: Luis Landero

Entre los escritores que conozco eres de los escasos que no presume de nada de lo que hace.

Quizá presumo de puertas para dentro, porque necesito seguridad. Una buena crítica, un elogio, una palmada en la espalda me reconfortan y ayudan a sobrellevar mi inseguridad crónica. Eso me viene de la infancia y la adolescencia, y los asuntos de esas edades suelen ser para siempre. Pero mi mayor logro personal ha sido quizá llegar a apreciarme a mí mismo como escritor. Por otro lado, no creo que sea muy difícil ni importante esto de escribir, ni que escribir un libro tenga un mérito extraordinario. Hace ya mucho tiempo que esa presunción romántica (porque esto de la genialidad del artista lo inventaron los románticos) quedó lejos de mi vida. Hubo un tiempo en el que quizá sí, en épocas más jóvenes, pero es verdad que yo no creo que tenga un mérito excepcional escribir un libro. Incluso cuando me elogian por alguno me quedo diciendo: pero ¡qué habrá visto, si esto no tiene tanto secreto, ni es digno de tanto elogio! De verdad que no le veo mucho mérito a esto de escribir [risas]

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La mirada: Almudena Grandes

Sobre La mirada:

Sigo mirando así, es un poco la mirada del novelista. Juan Marsé dice que para escribir novelas hace falta ser muy cotilla y tener mucha memoria, pero sobre todo ser muy cotilla, tener mucha curiosidad por la vida de los demás, porque la de uno es básicamente parecida a las otras. Ya sé que ahora la autoficción está muy de moda, pero yo tengo la sensación de que con mi propia vida no llegaría muy lejos y voy por el mundo mirando mucho. Sobre todo, me conmueve la perplejidad, esa especie de parálisis de tanta gente que se siente traicionada por el destino, por la historia. A nosotros nos dijeron: antes habéis sido pobres, pero ahora ya vais a ser ricos para siempre; que esa locura, ese derroche de la primera década de este siglo haya durado tan poco, mantiene a mucha gente pasmada, como perdida en el desconcierto. Me conmueve esa gente que se levanta y pelea. La única forma de escribir ficción, o por lo menos la única que yo sé, es encontrar en la memoria un registro propio que te permita empatizar con el personaje, sentir lo que siente el personaje, atribuir a cada uno de ellos un sentimiento propio. Creo que, en definitiva, siempre hablamos de nosotros mismos. Cuando yo hablo del amor, solo puedo contar lo que es el amor para mí, porque no sé lo que es el amor para otra persona, por eso funciona la literatura. Hablo de mi soledad, de mi amargura, en ese sentido son muy importantes los compañeros, cuando encuentras a una persona, una imagen, un gancho que te permite engancharte al personaje de ficción eres afortunado.

***

Sentido común: Javier Marías

Muchos lectores acuden a ti en busca de sentido común. ¿En qué estado está en España el sentido común?

En un estado un poco comatoso, según mi punto de vista. Uno de los problemas de nuestro tiempo es que, cosas que pueden tener cierta razón de ser, sacadas de madre, pierden razón. Si resulta que esto es machismo y esto también, y aquello es racismo o las dos cosas a la vez, y esto es una blasfemia y aquel chiste es incorrecto…, entonces, ¿qué digo? Ahora en Ucrania, por ejemplo, están derribando estatuas de Pushkin, de Tolstói… solo porque son rusos. Pero, bueno, ¿la gente está loca? ¿Qué tiene que ver un poeta extraordinario con Putin y con la actualidad? Lo mismo con las estatuas de Colón por toda América. Entonces, como hay esa tendencia a medir todo con los parámetros de hoy, lo cual es un disparate y uno de los mayores atentados contra el sentido común, pues enseguida se cae en la exageración y en la muerte del sentido común.

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Amistad: Leonardo Padura

¿Cómo has ido desarrollando tu vida como hispano latinoamericano?

Incluso en condiciones materiales muy difíciles, creo que los valores éticos siguen siendo muy importantes; las relaciones humanas, esenciales; que las actitudes civiles siguen teniendo un valor, y a veces, no sé si de manera consciente o de manera natural, trato de practicar la mayor dignidad en todos estos aspectos de la vida que tienen que ver con la proyección de las personas.

En mis novelas hay un reflejo muy importante que yo practico, el culto a la amistad. Trato de ser siempre la misma persona que he sido con mis amigos y me cuido mucho de que algunos de ellos puedan sentir que tal vez por ser escritor publicado y premiado tenga una actitud distinta hacia ellos. A veces pasan las semanas, los meses, me cuesta trabajo tener un contacto con esas personas y busco la forma de que ese encuentro se produzca de nuevo. Como todos, con el paso de los tiempos he perdido amistades, que a veces han cortado la relación de forma extraña, y eso me ha afectado mucho, es muy doloroso para mí.

***

Decepción: Javier Cercas

¿Cuál ha sido tu mayor decepción?

No lo voy a contar [risas]. Todos tenemos decepciones. El gran poeta portugués Mário Cesariny decía: “Adoro la literatura y adoro la vida, pero la vida literaria no me gusta nada” [risas]. No, yo voy a un cóctel y no hablo con nadie. Yo quedo con Antonio Orejudo, hablamos y estoy encantado de conocerlo, pero si voy a un cóctel no hablo con él, hay un montón de gente, tengo la sensación de que no hablo con nadie. No voy a cócteles, ni a fiestas literarias ni a nada porque soy demasiado sociable, me gusta hablar con la gente y en un cóctel no se puede hablar con nadie.

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Premios: Jorge Luis Borges

Y usted, en Buenos Aires, ¿con quién se ve?

Conozco a algunos escritores. Pertenezco a la Academia, pero no voy.

¿Tampoco ve a los contemporáneos?

Yo no tengo contemporáneos.

Ahora acaba de tener un premio en Italia.

Me eligieron. Increíblemente. Yo todos esos premios se los debo a Suecia. Es una asociación de ideas la que tienen. Piensan en Suecia y les sale Borges

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Futuro: José Manuel Caballero Bonald

¿Qué hay en esta época de hoy que quizá entonces le resultara insólito o inesperado?

No, no sabría proponer ningún vaticinio, a quién se le ocurre. Estamos viviendo el fin de un tramo de la historia, el fin de la realidad. En adelante habrá nuevos modelos, nuevos vínculos, nuevos hábitos. ¿Cómo vamos a neutralizar los efectos de esa guerra bacteriológica? Como diría un trágico griego, un dios abyecto intenta usurparnos el futuro.

***

Y terminamos este retrato de la vida y la literatura con el único autor no hispanohablante: el Nobel alemán Günter Grass:

Ser humano: Gunter Grass

¿Tenemos esperanza de que el hombre sea mejor en el siglo XXI? ¿Es pesimista, sería capaz de predecir una tercera guerra mundial?

No es pesimismo. Me baso en la experiencia y en los fallos que hemos cometido, algo que se puede comprobar históricamente, así que tengo dudas de que el hombre vaya a mejorar. Otra cosa es si el hombre es capaz de aprender de los errores del pasado. Por ejemplo, miremos el conflicto con Rusia. Desde el desmoronamiento de la URSS, que ha sido un desastre, llegaron Yeltsin y Putin; ¡y luego vinieron Putin y Putin! Lo que intenta Putin es volver a reconstruir ese país que es Rusia… Putin ve en el 88 y 90, cuando todo se desmorona, que, a pesar de todas las promesas occidentales, la OTAN se acerca cada vez más. Y hay traumas rusos, desde Napoleón, desde la Segunda Guerra Mundial, con veintisiete millones de muertos cuando llegaron los alemanes…, y ahora les vuelve el miedo a estar circundados por el enemigo. No digo que se justifique lo que han hecho en Crimea, es injustificable, pero hay que entenderlo y es lo que hemos de hacer, entender a Rusia.

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