Hace casi una década, Giorgia Tordini y Gilda Ambrosio irrumpieron en la industria con una propuesta que parecía tan improbable como inevitable: The Attico, una marca nacida de lentejuelas, minivestidos y tacones altísimos, que logró redefinir la noche sin caer en el disfraz ni en la nostalgia. Su estética, que evoca a diosas del pasado como Cher en su era Bob Mackie o Bianca Jagger en Studio 54, ha crecido con ellas, sin perder el brillo.
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