El secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, finalizó el 6 de febrero su primera gira internacional, enfocada en América Latina. Para el analista geopolítico Alberto Fernández, con sede en Washington DC, este viaje marca un punto de inflexión en las relaciones entre Estados Unidos y la región, históricamente caracterizadas por la distancia.
Según Fernández, la visita podría señalar el inicio de una nueva era de cooperación y acercamiento entre EE.UU. y sus vecinos latinoamericanos.
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Rubio es el primer hispano que asume la Secretaría de Estado. Católico practicante e hijo de inmigrantes cubanos, nació en Miami en 1971 y ha sido senador por Florida durante 14 años. Desde su curul, ha participado “en asuntos de política exterior que involucraban a América Latina”, destacó Fernández.
En su primer viaje como secretario de Estado, Rubio visitó Panamá, El Salvador, Costa Rica, Guatemala y República Dominicana. Los temas centrales de la gira fueron la migración ilegal, el narcotráfico, el Canal de Panamá y la presencia cada vez mayor de China en la región.
Para Fernández, el hecho de que la primera gira haya sido Latinoamérica es “un reconocimiento” por parte de la administración de Donald Trump de que “ha habido años de descuido de Estados Unidos en sus relaciones con América Latina”.
“Ciertamente, ser hispano y católico ayuda a Rubio a hacer el trabajo de secretario de Estado de los Estados Unidos en América Latina (…). Y, por supuesto, al ser de Miami, conoce mucho sobre la región, no sólo de Cuba, sino de Nicaragua, Venezuela y esos países que tienen comunidades en la ciudad que algunos llaman la ‘capital de América Latina’”, indicó a ACI Prensa.
Fernández dijo que el descuido de Estados Unidos en sus relaciones con Latinoamérica “ha tenido consecuencias en el campo de economía, de seguridad, de muchas cosas”, como el paulatino ingreso de China en la región y que ha provocado un cruce de declaraciones entre Trump y el presidente panameño, José Raúl Mulino, sobre la administración del canal.
Trump afirma que la vía interoceánica es controlada por el país asiático y que esto rompe el tratado de neutralidad, algo que Mulino niega.
El canal fue uno de los temas abordados por Rubio y culminó con el compromiso de Panamá de retirarse de la Franja y la Ruta de China —llamada la Nueva Ruta de la Seda—, trabajar con Estados Unidos en nuevas inversiones y auditar a la empresa Panama Ports Company, parte del conglomerado chino CK Hutchison Holdings que maneja dos de los cinco puertos adyacentes al canal, uno en el Atlántico y otro en el Pacífico.
“Había una misión específica en Panamá para enfrentar la amenaza de China contra el canal y nuestros intereses. Parece haber tenido éxito”, afirmó Fernández. Añadió que el conflicto entre Estados Unidos y el gigante asiático no se limita a la economía, sino que incluye “cosas como espionaje, tráfico de influencias, el ámbito militar y de seguridad”.
“Si China controla el canal, puede controlar la ida y vuelta de navíos de la Armada de Estados Unidos”, afirmó.
El 2 de febrero la Arquidiócesis de Panamá informó en una nota que el arzobispo, Mons. José Domingo Ulloa, afirmó que “la defensa del Estado, del Canal de Panamá y de nuestra identidad nacional exigen un compromiso firme, inspirado en la fe y en los valores que nos unen como nación”.
“Hagamos del civismo una herramienta pacífica y poderosa para proclamar el respeto a nuestra Patria”, expresó el también presidente del Episcopado panameño.
Durante su visita a Panamá, el canciller estadounidense asistió a la Misa dominical en la iglesia La Merced de San Felipe, en el centro histórico. Durante su paso por Costa Rica denunció la persecución que padece la Iglesia Católica en Nicaragua.
Visita a gobiernos aliados
El experto en geopolítica explicó que la inclusión en la gira de El Salvador, Costa Rica, Guatemala y República Dominicana ha sido para estrechar lazos con gobiernos aliados “que son democráticos y tratan de mejorar la vida de sus ciudadanos”.
El segundo destino fue El Salvador, cuyo presidente Nayib Bukele “se ha ganado la admiración de muchos en Estados Unidos por la forma en que desmanteló las bandas criminales que plagaban su país”, afirmó Fernández.
Durante la reunión de Rubio, el presidente salvadoreño ofreció recibir en sus prisiones a criminales deportados de Estados Unidos. Rubio ha indicado que esta “oferta generosa” será estudiada por su gobierno.
Para Fernández, con esta propuesta El Salvador busca “demostrar que es un país capaz que puede ayudar a Estados Unidos. Y de parte de Estados Unidos es fortalecer lazos con un aliado que más o menos va en el mismo rumbo político”.
El tercer país fue Costa Rica, donde Marco Rubio destacó la decisión del gobierno de exigir en 2023 que los países de las empresas interesadas en brindar tecnología 5G suscriban el Convenio de Budapest sobre lucha contra la ciberdelincuencia. Esto impidió el ingreso de Huawei, debido a que China no ha suscrito este documento.
Sin embargo, en 2024 Costa Rica acusó a Huawei de obstaculizar el desarrollo de las redes de 5G en el Instituto Costarricense de Electricidad, uno de los proveedores de internet y telefonía móvil. Dijo que la empresa china buscaba presionarlos para que el decreto sobre ciberseguridad ya no fuera un requisito y así asegurar su participación.
Rubio elogió la posición del país centroamericano y dijo que tendrá el respaldo de Estados Unidos, además de fortalecer la lucha contra las drogas.
El penúltimo país fue Guatemala, cuya frontera con México lo convierte en un punto importante para la política migratoria de Estados Unidos. Además, es uno de los pocos países que tiene relaciones diplomáticas con Taiwán, la isla que vive bajo la constante amenaza militar de China y que es uno de los aliados de Estados Unidos en Asia.
El presidente guatemalteco, Bernardo Arévalo, informó que se acordó “aumentar en un 40% el número de vuelos de deportados tanto de nuestra nacionalidad como de deportados de otras nacionalidades”.
La última escala fue República Dominicana, que comparte la isla con Haití y afronta su propia crisis migratoria a causa del desorden político y social de su vecino.
Por ello, al término del encuentro, el presidente Luis Abinader pidió que se mantenga la ayuda humanitaria a Haití. Rubio afirmó que “Estados Unidos seguirá apoyando el futuro de Haití, para que pueda haber industrias en ese país, para que haya estabilidad económica, eso es fundamental para su futuro”.
Cuba, Venezuela y Nicaragua
Durante su paso por Costa Rica, el secretario de Estado abordó la crisis migratoria regional e indicó que esta ha sido causada por los regímenes totalitarios de Venezuela, Cuba y Nicaragua, a los que llamó “enemigos de la humanidad”.
“Si no fuera por esos tres regímenes, no habría una crisis migratoria en el hemisferio”, afirmó.
El analista Alberto Fernández explicó que se trata de países que “actúan contra los intereses directamente de Estados Unidos” al ser aliados de Rusia, China e Irán; y que “tienen lazos con la trata y el tráfico de drogas”.
“No necesitamos una voz moderada contra ellos, sino una voz sabia y acertada. El sentido en Washington ahora es que ‘la moderación’ para enfrentar el mal no es nada bueno. Este gobierno quiere la paz y las buenas relaciones, pero busca proyectar fuerza y competencia en un sentido político y moral”, aseguró.
En su último día en República Dominicana, Rubio presenció la incautación de un avión de la venezolana PDVSA y que ha sido entregado a Estados Unidos.
El secretario de Estado escribió en la red social X que “la incautación de esta aeronave venezolana, utilizada para evadir las sanciones estadounidenses y el lavado de dinero, es un poderoso ejemplo de nuestra determinación de exigir cuentas al régimen ilegítimo de Maduro por sus acciones ilegales”.
La ausencia de Colombia
En esta histórica gira estuvo ausente Colombia, el principal aliado de Estados Unidos en la región en las últimas décadas, pero que con el que tuvo un roce diplomático a causa de las deportaciones.
El experto en geopolítica dijo que era comprensible que Colombia no estuviera incluida “en un primer viaje, porque se ha convertido en un problema”.
“Este es un país que es un amigo cercano de los Estados Unidos durante muchas décadas”, pero que ahora está “gobernado por un izquierdista inestable que es abiertamente hostil a los Estados Unidos”.
Alberto Fernández está seguro “de que habrá diplomacia, sin duda, con el régimen de Gustavo Petro, pero la administración del presidente Trump primero se acercará a los amigos y no a los adversarios”.
Eduardo Berdejo
Profesional en Comunicación Social de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en Perú, tengo más de 20 años de experiencia en periodismo digital católico. Como parte de ACI Prensa he sido enviado a cubrir los viajes del Papa Francisco a Cuba, México, Colombia y Perú, además del Sínodo de la Sinodalidad en el Vaticano en 2023.