A los 72 años, Graciela Alfano volvió a demostrar que es dueña de una libertad que no negocia, y que su vínculo con el placer está más vigente que nunca. Es que la icónica figura del espectáculo argentino sorprendió este viernes al revelar quién le hizo vivir el mejor sexo de su vida.
La confesión llegó en medio de una charla distendida al aire de Puro Show (El Trece), el ciclo conducido por Matías Vázquez y Pampito, sobre la forma en que mujeres y varones viven el erotismo.
En ese contexto, Graciela lanzó una frase que dejó a todos en silencio. «Los hombres son visuales, los hombres miran, son más de la cosa esa visual. Las mujeres sentimos. Yo tuve el mejor sexo del planeta un día que fui a que me hagan un masaje tántrico, qué sé yo, me tenía que descontracturar, no sé qué. Un pibe que ni siquiera… yo jamás me hubiera imaginado que podía tener nada…«, comenzó relatando.
Con su particular estilo narrativo, Graciela reconstruyó ese momento único que, según contó, marcó un antes y un después en su vida íntima. La escena, que parecía un simple turno de spa, terminó transformándose en una experiencia tan profunda como inesperada.

«Me empezó a tocar los puntos, qué sé yo, me relajó, no sé, me hacía soplar y yo hacía ‘ahhh’, me decía ‘largá el aire’ y de pronto viene y el contacto acá (señala su cabeza), yo creo que fue una mezcla de sonido y contacto, me hizo algo en el oído y yo me prendí como una fiera. No sé qué me pasó, no sé la edad que tenía, no sé ni el sexo que tenía, no sé lo que tenía… se llamaba Fabián, lo reverencio», dijo con una sonrisa pícara.
El estudio quedó atónito. Fernanda Iglesias, una de las panelistas, quiso saber si todo había ocurrido durante el masaje mismo. Graciela, con esa mezcla de picardía y sabiduría que la caracteriza, respondió entre líneas: «Bueno, no te puedo contar dónde fue. Ahí terminó el masaje que lo pagué. Es decir, soy muy práctica, pero después sí: el mejor sexo de mi vida lo tuve con este muchacho que ni lo conocía».
«O sea, que el sexo puro y el amor platónico, donde vos te podés enamorar de alguien y ni siquiera te va bien sexualmente, puede pasar, hay un millón de posibilidades entonces tengamos la oportunidad de sentir lo que tenemos ganas», compartió la actriz.

Para Alfano, la experiencia fue tan intensa que prefirió no volver a repetirla. En lugar de aferrarse a lo que había pasado, eligió conservarlo como una joya íntima, casi sagrada. «No volví a verlo porque me pareció tan maravilloso lo que nos había pasado que algunas cosas tienen que quedar ahí. Tenemos que entenderla que queda ahí, ¿no?», cerró con total naturalidad.
La anécdota, que combinó humor, profundidad y una reflexión sobre la conexión emocional y sexual entre dos personas que ni siquiera se conocen, volvió a poner a Graciela en el centro de la conversación.