Guatemala afianza su estrategia de transición energética con la licitación PEG-5, un proceso competitivo que adjudicará 1400 MW priorizando proyectos de energías renovables. El llamado busca fortalecer la matriz eléctrica del país con nuevas plantas solares, eólicas e hidroeléctricas, bajo reglas claras que fomenten la inversión privada y el desarrollo tecnológico.
En diálogo exclusivo con Energía Estratégica, el viceministro de Energía y Minas, Juan Fernando Castro, remarcó que la convocatoria marca un cambio de paradigma respecto a procesos anteriores. “Se licitan 1.400 MW, y es libre la oferta de energías renovables basadas en el sol, el viento y el agua o combinaciones de estas”, explicó el funcionario.
Uno de los puntos diferenciales del PEG-5 es la exclusión de tecnologías contaminantes. “En esta licitación se excluye generación con alto contenido de emisiones CO₂”, subrayó Castro, resaltando el compromiso del Ministerio de Energía y Minas con un modelo de crecimiento bajo en carbono.
Contratos a largo plazo y señales al mercado
El proceso prevé contratos de suministro a 15 años, lo que brinda previsibilidad y seguridad jurídica a los inversores, de manera que cuenten con un horizonte financiero estable y atractivo para los mercados internacionales.
Desde el gobierno aseguraron que Guatemala ofrece un entorno favorable para el desarrollo de energías limpias, ya que Castro informó que el Administrador del Mercado Mayorista tiene 27 años de liquidar sin falta las transacciones económicas del sector energía, además de una agencia internacional mejoró la calificación crediticia del país a BB+.
La licitación está abierta a toda la industria energética, pero con un marcado perfil de participación privada, aunque no se excluye la participación del generador nacional INDE.
“Si los proyectos renovables se despachan en la base de la curva de carga y se diseñan para seguimiento de la demanda, se esperaría una reducción en la tarifa de ENERGUATE y una tarifa estable en EEGSA”, indicó el viceministro.
El esquema PEG-5 permitirá que los oferentes propongan soluciones flexibles para optimizar la eficiencia operativa, por lo que será decisión del inversionista definir la mejor tecnología para garantizar la eficiencia, siempre priorizando las fuentes limpias, según detalló el funcionario.
La experiencia de licitaciones anteriores ha sido clave para el diseño de esta convocatoria. “La primera lección es haber sido exportador de energía en el Mercado Regional hasta el año 2020 y ser importador a partir del año 2021”, recordó Castro.
“Necesitamos energía abundante, confiable, barata y que el cambio climático le afecte lo mínimo posible”, enfatizó.
Respecto a la infraestructura de transmisión, el viceministro de Energía aseveró que se ajustará a medida que avancen los proyectos: “El PET-3 no tiene empalme con la PEG-5, pero el refuerzo de la red se dimensionará una vez estén definidos los proyectos, eso será en enero de 2026”. Y cabe recordar que, para esa fecha, está prevista la publicación PET-4, un nuevo plan indicativo de transmisión alineado con las adjudicaciones.