Trabajamos sobre cuatro fases que se comenzaron a definir en 2024 y arrancaron cuando el Estado retomó el control de la zona el 12 de agosto pasado, detalló el director de la Unidad de Asuntos Técnicos de esa entidad, Julio Tzirin.
Existen allí bosques, humedales, sabanas y cuerpos de agua que albergan especies endémicas, además al menos 10 sitios arqueológicos, recordó el funcionario, citado por el diario local Soy 502.
Sin embargo, acotó, la última inspección de Conap reveló que el 40 por ciento del lugar es utilizado como potreros y en otro 20 por ciento se llevan a cabo actividades agrícolas, lo cual afectó de forma directa el área protegida Laguna del Tigre, parte de la Reserva de la Biosfera Maya.
Pese a tal situación y a que también la empresa implementó trabajos de explotación petrolera durante varias décadas, Tzirin calificó de alta la resiliencia de la naturaleza de la zona.
El técnico del Conap advirtió que el proceso de restauración debe continuar más allá de los 10 años proyectados, pues el objetivo es asegurar que a largo plazo el área protegida pueda desarrollarse de la mejor manera.
El viceministro de Ambiente, José Rodrigo Rodas, señaló a fines del mes anterior que de las nueve mil 976,66 hectáreas (99,76 kilómetros cuadrados) del campo, seis mil 308 estaban deforestadas.
Ese balance (en el área perteneciente al municipio de San Andrés) implica daños ambientales, ecológicos, de flora y fauna, así como degradación de ecosistemas y mantos acuíferos, enfatizó el vicetitular.
La gestión del presidente Bernardo Arévalo cerró la posibilidad de ampliar a la compañía anglo-francesa Perenco el contrato que venció el 12 de agosto último y que la normativa actual impedía prorrogar.
El Ministerio de Energía y Minas de Guatemala busca contratar una empresa para efectuar el cierre, desmantelamiento y abandono técnico de los 59 pozos petroleros en el área.
npg/znc