Ante la actividad eruptiva del volcán de Fuego y los Colosos de Pacaya y Santiaguito, el Sistema de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) mantiene observación continua para comunicar a la población sobre cualquier cambio en las medidas de resguardo ante una posible situación crítica.
Este 1 de marzo el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (INSIVUMEH) ha dado a conocer el más reciente boletín vulcanológico en el que reporta la situación de estos tres importantes volcanes de Guatemala.
Actividad: El Observatorio del volcán de Fuego reporta la actividad volcánica, la cual consiste en desgasificación débil con algunos pulsos de incremento, la cual eleva columnas de color gris (ceniza mezclada con el vapor de agua y otros gases magmáticos) a alturas de hasta 200 metros sobre el cráter, las cales el viento desplaza hacia el suroeste. Los vientos también levantan los sedimentos finos acumulados en las barrancas, formando una cortina de ceniza en el flanco sur del volcán. Durante la noche y madrugada se observó incandescencia de forma ocasional en el cráter. Se observaron también en las cámaras web por lo menos 3 pulsos de incremento en la desgasificación que expulsaron ceniza y bloques incandescentes en forma de pequeñas fuentes a alturas de hasta 150 metros sobre el cráter, derramando este material por lapsos de hasta cinco minutos alrededor del cráter y hacia las barrancas El Jute y Las Lajas. Los sensores sísmicos sí registran señales asociadas al movimiento de magma y otros fluidos al interior del conducto volcánico, sin embargo esta actividad en el cráter es muy débil todavía y no alcanza a registrarse ni en los sismómetros ni en los sensores de infrasonido. Las explosiones podrían volver a suceder en cualquier momento. Debido a esto y a la emanación de gases, ceniza y presencia de material rocoso a alta temperatura, se recomienda no acercarse al cráter.
Actividad: El Observatorio del Volcán de Pacaya reporta la actividad en el cráter del cono Mackenney, la cual consiste en desgasificación débil de vapor de agua con otros gases magmáticos, expulsando una fumarola de color blanco a azul a 100 metros de altura sobre el cráter, la cual el viento desplaza hacia el flanco sur hasta 1 kilómetro de distancia. No se ha observado incandescencia ni se han escuchado explosiones ni retumbos. Las estaciones sísmicas alrededor del volcán registran algunos eventos de desgasificación y colapsos o caídas de bloques hacia el interior del cráter.
Actividad: El Observatorio del Complejo Volcánico Santa María-Santiaguito reporta la actividad volcánica en el Domo Caliente, la cual consiste en desgasificación débil de color blanco con columnas de vapor de agua y otros gases magmáticos a alturas de 200 metros sobre la cúpula del domo, así como explosiones débiles y algunas moderadas que ocurren a un ritmo de 1 a 2 por hora, las cuales elevan columnas de gases y ceniza hasta 800 metros de altura sobre el Domo Caliente, desplazándose hacia el oeste y suroeste. Durante la madrugada se observó incandescencia en la cúpula del domo y en el promontorio sobre el flujo de lava. La extrusión de lava en bloques continúa apilando material de forma inestable en el promontorio ubicado por encima del flujo de lava en el flanco suroeste. El desprendimiento de estos bloques puede generar algunos flujos piroclásticos de corto alcance en el flanco suroeste. Se podría registrar caída débil de partículas de ceniza en las zonas ubicadas hacia el oeste y suroeste de los domos, entre Loma Linda, San Marcos Palajunoj y Nueva Alianza. La actividad se mantiene en un nivel elevado por lo que se mantiene la posibilidad de se generen flujos piroclásticos de largo alcance hacia el Suroeste, Sur y Sureste.
Debido a su ubicación en el Cinturón de Fuego del Pacífico, los volcanes cubren gran parte de la geografía del país, lo que lo convierte en una de las regiones con mayor densidad de estas formaciones rocosas.
No obstante en Guatemala se han determinado al menos 324 estructuras de origen volcánico, el Instituto Geográfico Nacional (IGN) distingue únicamente 32 volcanes, mientras que la Federación Nacional de Andinismo dice que son 37. Los 287 restantes son llamados por el INSIVUMEH como “focos eruptivos”.
Sin embargo, independientemente de las discrepancias, en el presente son tres los volcanes que se encuentran activos y que son objeto de supervisión de las autoridades guatemaltecas: el volcán de Fuego, de Pacaya y de Santiaguito.
Ubicado entre los departamentos de Sacatepéquez, Escuintla y Chimaltenango, el de Fuego es el estratovolcán más activo de América Central y uno de los que tiene mayor trascendencia a nivel mundial.
Con más de 3763 metros sobre el nivel del mar, este volcán ha registrado a lo largo de su historia diversas erupciones violentas, como la de 1932, cuando cubrió con ceniza a la ciudad de Antigua Guatemala y algunas partes de Honduras y El Salvador; la de 1974 cuando sus flujos piroclásticos devastaron parte de la vegetación de los alrededores y sepultó parcialmente las comunidades de San Pedro Yepocapa y Acatenango.
El 3 de junio de 2018 tuvo su mayor erupción en lo que va del nuevo milenio, con columnas de ceniza que alcanzaron los 10 mil metros de altura sobre el nivel del mar. Esta actividad dejó 300 personas muertas, 200 perdidas y 600 heridos; así como dos millones de ciudadanos afectados.
El reporte de su última actividad fuerte fue el pasado 12 de diciembre de 2022, cuando el volcán entró en erupción dejando columnas de ceniza de 500 metros de altura y generando un flujo de lava de 800 metros, con caída de ceniza en localidades de 45 kilómetros a la redonda.
