
Ante la actividad eruptiva del volcán de Fuego y los Colosos de Pacaya y Santiaguito, el Sistema de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) mantiene vigilancia continua para notificar a la población sobre cualquier variación en las medidas de protección ante una posible emergencia.
Este 26 de marzo el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (INSIVUMEH) ha dado a conocer el más reciente boletín vulcanológico en el que reporta la situación de estos tres importantes volcanes de Guatemala.

Actividad: El Observatorio del volcán de Fuego reporta la actividad volcánica, la cual consiste en desgasificación débil, la cual eleva columnas de color blanco a gris claro (vapor de agua y otros gases magmáticos junto con ceniza removida) a alturas de hasta 100 metros sobre el cráter, las cuales el viento desplaza hacia el oeste. Los vientos también pueden levantar los sedimentos finos acumulados en las barrancas tras la reciente erupción, formando una cortina de ceniza en los flancos sur y oeste del volcán. Durante la noche y madrugada en las cámaras web se observó incandescencia débil en el cráter, principalmente en el borde oeste del mismo. No se han observado ni registrado explosiones, sin embargo, los sensores continúan registrando sismos asociados al movimiento de magma y gases al interior del volcán. Las explosiones pueden volver a suceder en cualquier momento. Debido a esto y a la emanación de gases y presencia de material rocoso a alta temperatura, se recomienda no acercarse al cráter.
Actividad: El Observatorio del Volcán de Pacaya reporta la actividad en el cráter del cono Mackenney, la cual continúa únicamente como desgasificación débil de vapor de agua con otros gases magmáticos, expulsando fumarolas de color blanco a 50 metros de altura sobre el cráter. No se ha observado incandescencia ni se han escuchado explosiones ni retumbos. Las estaciones sísmicas alrededor del volcán registran algunos eventos de desgasificación y colapsos o caídas de bloques hacia el interior del cráter.
Actividad: El Observatorio del Complejo Volcánico Santa María-Santiaguito reporta la actividad volcánica en el Domo Caliente, la cual consiste en explosiones débiles y algunas moderadas que ocurren a un ritmo de 1 a 5 por hora, las cuales elevan columnas de gases y ceniza hasta 900 metros de altura sobre el Domo Caliente, desplazándose hacia el sur y suroeste. También se observa desgasificación débil casi constante, la cual eleva columnas de vapor de agua y otros gases magmáticos a alturas de 300 metros sobre el domo. Durante la madrugada se observó incandescencia en la cúpula del domo y en el promontorio sobre el flujo de lava en el flanco oeste, así como el desprendimiento de bloques de forma frecuente. La extrusión de lava en bloques continúa apilando material de forma inestable en el promontorio ubicado por encima del flujo de lava en el flanco suroeste. El desprendimiento de estos bloques puede llegar a producir flujos piroclásticos de corto alcance en el flanco suroeste. Se podría registrar caída débil de partículas de ceniza en las zonas ubicadas hacia el sur de los domos, desde Calahuaché hasta Loma Linda. La actividad se mantiene en un nivel elevado por lo que se mantiene la posibilidad de se generen flujos piroclásticos de largo alcance hacia el Suroeste, Sur y Sureste.

Debido a su ubicación en el Cinturón de Fuego del Pacífico, los volcanes cubren la mayor de la geografía del país, lo que lo convierte en una de las áreas con mayor densidad de estas formaciones rocosas.
No obstante en Guatemala se han reconocido al menos 324 estructuras de origen volcánico, el Instituto Geográfico Nacional (IGN) valida únicamente 32 volcanes, mientras que la Federación Nacional de Andinismo dice que son 37. Los 287 restantes son llamados por el INSIVUMEH como “focos eruptivos”.
Sin embargo, independientemente de las discrepancias, hoy en día son tres los volcanes que se encuentran activos y que son objeto de observación de las autoridades guatemaltecas: el volcán de Fuego, de Pacaya y de Santiaguito.
Ubicado entre los departamentos de Sacatepéquez, Escuintla y Chimaltenango, el de Fuego es el estratovolcán más activo de América Central y uno de los que tiene mayor relevancia a nivel mundial.
Con más de 3763 metros sobre el nivel del mar, este volcán ha registrado a lo largo de su historia diversas erupciones violentas, como la de 1932, cuando cubrió con ceniza a la ciudad de Antigua Guatemala y algunas partes de Honduras y El Salvador; la de 1974 cuando sus flujos piroclásticos devastaron parte de la vegetación de los alrededores y enterró parcialmente las comunidades de San Pedro Yepocapa y Acatenango.
El 3 de junio de 2018 tuvo su mayor erupción en lo que va del nuevo milenio, con columnas de ceniza que alcanzaron los 10 mil metros de altura sobre el nivel del mar. Esta actividad dejó 300 personas muertas, 200 no localizadas y 600 heridos; así como dos millones de ciudadanos afectados.
El reporte de su última actividad fuerte fue el pasado 12 de diciembre de 2022, cuando el volcán entró en erupción dejando columnas de ceniza de 500 metros de altura y generando un flujo de lava de 800 metros, con caída de ceniza en localidades de 45 kilómetros a la redonda.