La reciente mejora en la calificación crediticia de Guatemala por parte de Standard & Poor’s, que sitúa al país a solo un escalón del codiciado «grado de inversión», no es producto del azar ni de un golpe de suerte en los mercados internacionales.
Según reveló Álvaro González Ricci, presidente del Banco de Guatemala (Banguat), este logro es el resultado de una estrategia deliberada y sostenida que comenzó en 2020, cuando él ocupaba el cargo de Ministro de Finanzas Públicas.
«Comenzamos a ir a visitar personalmente a las calificadoras de riesgo país», explicó González Ricci durante una entrevista radiofónica, detallando que estas visitas incluían a representantes del Banco Central, la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), el sector bancario y ocasionalmente del sector privado. El objetivo era claro: entender exactamente qué necesitaban ver estas calificadoras para mejorar la nota de Guatemala.
Este enfoque proactivo marca un cambio significativo en la relación del país con las calificadoras internacionales. Tradicionalmente, muchos países en desarrollo adoptan una postura pasiva, limitándose a proporcionar información cuando es solicitada y esperando el veredicto de estas entidades. Guatemala, en cambio, optó por un diálogo directo y constante.
Como parte de esta estrategia, se trabajo una consultoría especializada con Citibank, aprovechando las unidades que este banco internacional tiene dedicadas específicamente a ayudar a países a mejorar su grado de inversión. «A raíz de eso se vinieron haciendo ciertos esfuerzos que se han venido reflejando en esta subida gradual de las tres calificadoras de riesgo», señaló el presidente del Banguat.
El resultado de este trabajo coordinado no se ha limitado a S&P. Según González Ricci, las tres principales calificadoras —Standard & Poor’s, Fitch y Moody’s— han mejorado progresivamente la calificación de Guatemala en cada una de sus revisiones, lo que demuestra la consistencia de los avances económicos del país.
Las reservas monetarias internacionales, que según González Ricci se encuentran «históricamente altas», proporcionan un colchón de seguridad que ha sido valorado positivamente por las calificadoras. Estas reservas permiten al país responder adecuadamente ante posibles choques externos, como fluctuaciones en los mercados internacionales o decisiones de política monetaria en Estados Unidos que podrían afectar a economías emergentes.
Sin embargo, el camino hacia el grado de inversión aún presenta desafíos significativos. El informe de S&P señala claramente dos áreas críticas que Guatemala debe abordar: la deficiente infraestructura y los altos índices de pobreza, que actualmente afectan al 55% de la población.
González Ricci reconoce estos desafíos y señala que para superarlos será necesaria una colaboración estrecha entre el Ejecutivo y el Legislativo. «Lo que están diciendo [las calificadoras] es: miren, señores, tienen ya la base para que ustedes en un momento determinado puedan tener ese grado de inversión, pero necesitan que haya amplia colaboración con el Congreso», explicó el presidente del Banguat.