Se odiaban. No se podían ver. Los colores de sus camisetas ponían un abismo entre ellos cada vez que se enfrentaban Gimnasia y Esgrima La Plata y Estudiantes en los partidos de divisiones inferiores de la AFA. Hoy, décadas después, los une una fuerte amistad, años de gloria jugando para Boca y la cercanía con el presidente Javier Milei.
El mellizo, junto a su hermano Gustavo, ya tenía como némesis al «Loco», incluso en intercolegiales y duelos entre clubes de barrio.
Ambos categoría 1973, Barros Schelotto y Palermo estudiaron juntos en el colegio Sagrado Corazón de La Plata, aunque Guillermo iba un grado más adelantado que Palermo, por lo que compartían solamente los recreos.
En un clásico platense en la que ambos son capitanes se los vio juntos por compromiso, pero jamás cruzando miradas.
En la primera división los flashes posados sobre ellos potenciaron esa rivalidad. Uno habrá festejado el descenso de Estudiantes en 1994 y el otro que su archirrival pierda el título a manos de San Lorenzo en 1995.

Iba a ser River quien en primera instancia pretendería juntarlos en su plantel profesional, pero alguien bajó el pulgar a último momento y los tres terminaron jugando para Boca desde el Apertura 1997.

Allí, Héctor Veira tomó una decisión riesgosa, pero fructífera. «Guillermo y Martín se concentran juntos», fue la orden del Bambino. La intención era romper el silencio sepulcral que los distanciaba. Gustavo fue separado rápidamente de ese plantel por diferencias con el entrenador.
Mientras tanto, Guillermo y Martín, en las habitaciones de las concentraciones xeneizes no tuvieron más alternativa que conversar y tras meses difíciles para aquel Boca, las barreras entre ambos se fueron levantando de a poco.

En 1998 Carlos Bianchi asumió como DT de Boca y fue un paso más allá: ustedes dos, les dijo, son mis delanteros. Entonces el odio pasó a ser centros, cabezazos, goles, títulos y una amistad inquebrantable. Multicampeones con la azul y oro durante la siguiente década también con Alfio Basile y Miguel Ángel Russo, entre otros, compartieron además tiempo en la selección de Marcelo Bielsa, en la Copa América de 1999, torneo en el que Palermo tuvo su noche más oscura por los tres penales errados ante Colombia.
Guillermo, al igual que Palermo, carecen de afinidad con el presidente de Boca, Juan Román Riquelme, quien los abastecía cuando eran futbolistas, pero con quien también tuvieron, especialmente Palermo, fuertes encontronazos. Con «el último 10» en la presidencia xeneize, ninguno de los dos pareciera tener chances de ser entrenador de Boca.

Guillermo lo fue con Daniel Angelici, hombre de Mauricio Macri, como presidente. Y Palermo espera su chance.
Jugaron juntos desde el arranque en Boca 143 veces. El primer partido el 14 de septiembre de 1997 ante Newell’s y el último el 1-1 ante River el 15 de abril de 2007.
En total, lograron juntos 80 victorias, 37 empates y 26 derrotas. Palermo anotó 103 goles y Guillermo 28. Martín se transformó en el máximo goleador del club con 236 goles y el Mellizo es el tercero que más asistencias le dio con 16, después de Riquelme y Rodrigo Palacio.
Juntos lograron el Apertura 1998, Clausura 1999, Apertura 2000, Copa Libertadores 2000, Copa Europeo-Sudamericana 2000, Sudamericana 2004, Sudamericana 2005, Recopa 2005 y Recopa 2006.
Como entrenadores se enfrentaron cinco veces entre 2013 y 2015, con dos triunfos para el Lanús del Mellizo (1 a 0 a Godoy Cruz y 3-2 a Arsenal) y dos victorias del Palermo (1 a 0 en el Bodeguero y 3 a 1 en el elenco de Sarandí). El único empate fue sin goles entre Lanús y Arsenal, la última vez que coincidieron en un campo de juego. Diez años después, en Asunción del Paraguay y por la Copa Libertadores, se fundieron en un abrazo dirigiendo los mellizos a Vélez y el Loco a Olimpia de Paraguay. Esta vez, mirándose y sonriendo felices por el reencuentro.
El 7 bravo y el loco 9, cercanos al presidente Javier Mieli
Este miércoles, en la antesala del duelo entre Vélez y Olimpia que además de los tres puntos por la fase de grupos significaría el reencuentro de dos viejos socios y amigos, Guillermo Barros Schelotto participó de una reunión en la sede de Conmebol en Paraguay, con el presidente, Javier Milei.

Allí, el jefe de Estado fue recibido por Nery Pumpido, quien le regaló justamente una réplica de la Copa Libertadores de América, que para Milei, hincha confeso de Boca, es su «obsesión».
Palermo visitó en diciembre la Casa Rosada y le regaló al jefe de Estado una camiseta de Olimpia y otra de Boca. «Con el titán del gol!!! Viva el optmista del gol, carajo!!!», escribió Milei en un posteo de Instagram.

Milei, arquero de Chacarita de más joven, también tuvo su encuentro con el Pato Abbondanzieri durante la feria Agroactiva, en Santa Fe. El ex arquero de Rosario Central, la Selección y Boca, es gran amigo de Palermo y fue su ayudante durante los primeros años del goleador como DT.
Milei había asumido hace seis meses. «Tenés que atajar más difíciles que yo», le dijo Abbondanzieri a Milei.
Palermo jugó para la fórmula integrada por Andrés Ibarra y Mauricio Macri en las últimas elecciones en Boca, a la que Milei fue a votar, ni bien había ganado las elecciones. Guillermo se mantuvo al margen mientras prolongaba su carrera en Estados Unidos y la selección de Paraguay, para desembocar este año en Liniers. Ambos aún lejos de Casa Amarilla, pero cerca de la Rosada.
BPO