Pequeños cambios en los hábitos cotidianos puede reducir el riesgo de mortalidad hasta en un 15%, según una fisioterapeuta y especialista en Biomecánica.

Foto: Freepik.
La doctora en fisioterapia y especialista en Biomecánica Milica McDowell expone que caminar regularmente impacta positivamente en la salud, sin necesidad de alcanzar la marca de los 10.000 pasos. De esta forma, plantea un nuevo enfoque sobre la cantidad mínima de pasos diarios necesarios para mejorar la salud.
Desde Gait Happens, su clínica en Colorado enfocada en el estudio del movimiento, afirma que cifras mucho menores generan cambios positivos. De acuerdo con su experiencia, menos de 2500 pasos por día puede ser un umbral riesgoso. Alcanzar esa cifra o superarla marca el inicio de mejoras relevantes en el estado físico general.
“Así que, por favor, superá los 2500. La mayoría de la gente camina unos 100 pasos por minuto, así que esta cantidad son aproximadamente 25 minutos de actividad física al día”, expresó. Muchas personas caminan entre 3000 y 5000 pasos diarios sin proponérselo, gracias a acciones rutinarias como movilizarse dentro de casa o visitar un supermercado.

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La especialista insiste en que estas actividades también aportan al conteo general, lo que refuerza la idea de que pequeños esfuerzos acumulados generan resultados visibles. Y dice que incluso un incremento moderado en la cantidad de pasos produce beneficios.
“Si 2500 pasos es el límite absoluto y aumentás 500 al día hasta llegar a 3000, tu riesgo de morir disminuye un 7 %”, explicó. “Si subís 1000 pasos al día, de 2500 a 3500, reducís tu riesgo de morir un 15%”, agregó.
Por su parte, Mikel Izquierdo, catedrático de salud, dice que «caminar 30 minutos o hacer 10.000 pasos diarios son recomendaciones que han quedado obsoletas». No obstante, estudios muestran que superar los 5000 también muestra mejoras en síntomas relacionados con la depresión, en especial en personas con antecedentes de trastornos del estado de ánimo.
Para McDowell, lo esencial es comenzar con metas alcanzables. “Animo a la gente a hacer microcaminatas”, manifestó. “Incluso cinco minutos pueden marcar una diferencia fundamental. Y si logramos que añadan diez minutos al día de forma constante, observamos un impacto positivo en su longevidad”, aseguró.
Para la especialista, lo más importante es evitar el sedentarismo y avanzar de forma gradual, adaptando los objetivos a cada caso. Su llamado es claro: no se trata de alcanzar una cifra mágica, sino de integrar la actividad física de forma constante y sostenible.
La Nación/GDA
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