En la fantástica exposición que el CCCB dedica al dibujante y pensador Chris Ware están también presentes algunas de las portadas que ha hecho a lo largo de los años para The New Yorker, algunas de ellas muy conocidas. Me llamó la atención una del 2013 que no había visto. Representa una función escolar y la perspectiva de la mirada está en la platea, en los padres que graban esa función y que enfocan, con las pantallas de sus móviles, cada uno a su propio niño, haciendo zoom in y preocupándose de grabar solo eso, y no el conjunto de la obra.
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