Casi cincuenta años después, el predio de La Perla, uno de los centros clandestinos de detención más siniestros de la última dictadura militar, reveló un hallazgo crucial.
Se confirmó la primera recuperación de restos humanos en este lugar, que fue escenario de tormentos y desapariciones forzadas en Córdoba.
La noticia fue anunciada en una conferencia de prensa de la Justicia Federal.
En las últimas horas, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), incansable en su labor desde el año 2002 en este predio, confirmó al juez federal Hugo Vaca Narvaja la aparición de un fémur, partes de cráneos y otros fragmentos óseos.

Estos restos serán sometidos a rigurosos análisis para determinar su identidad a través del cotejo con el banco genético de ADN.
El descubrimiento no es casualidad, sino el resultado de un trabajo monumental. El EAAF ha desplegado un «método extraordinario» de exploración en las 3.200 hectáreas de La Perla, utilizando tecnología de punta, como un avión equipado con un sistema láser, para identificar fosas clandestinas.
Es en estas profundidades donde, se presume, fueron fusilados numerosos argentinos, víctimas del terrorismo de Estado.
La magnitud del hallazgo y la certeza de que aún hay más por desenterrar han llevado a una decisión crucial: las excavaciones continuarán por 70 días más.
Las autoridades anticipan que, con este avance, seguramente aparecerán más restos óseos, lo que intensificará la tarea de identificación.
La Perla funcionó entre 1976 y finales de 1978.Según el Archivo Provincial de la Memoria, pasaron unas 2500 personas, la mayoría de las cuales permanecen desaparecidas. Fue creado cuando Luciano Benjamín Menéndez, uno de los hombres fuertes en los años más sangrientos de la dictadura, militar era jefe del Tercer Cuerpo de Ejército.