El hantavirus es una enfermedad viral que aún no tiene aprobado un tratamiento específico. En la Patagonia argentina, se lleva adelante un estudio piloto con miras a abrir un camino para contar con medicación efectiva para una infección que puede ser mortal.
En esta zona del país, circula la cepa de hantavirus Andes, que hasta el momento es la única en el mundo que se transmite de persona a persona. Es también la que produce la mayor tasa de mortalidad para los humanos: puede llegar hasta el 50%.
El estudio empezó el año pasado en el Hospital Zonal Ramón Carrillo, en Bariloche, Argentina. Consiste en administrar un fármaco en pacientes con síndrome pulmonar por hantavirus (SPH) en estado crítico. Es un medicamento inmunomodulador que ya estaba autorizado para tratar la artritis reumatoide y otras enfermedades inflamatorias, aunque no para hantavirus.
Ante la falta de tratamientos autorizados, un grupo de expertos en Bariloche impulsó el uso del medicamento dentro del marco ético para el uso de intervenciones no probadas durante epidemias o pandemias de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Qué pasó con los pacientes
Ya dos pacientes con hantavirus recibieron el fármaco tocilizumab. Ambos pacientes sobrevivieron, en comparación con un grupo de tres pacientes no tratados que fallecieron rápidamente tras ingresar a terapia intensiva.
El estudio está registrado en la plataforma ISRCTN. Los dos pacientes tratados con tocilizumab lograron estabilizarse y fueron dados de alta de la unidad de cuidados intensivos pocos días después del inicio del tratamiento.
Uno de los casos fue el de un trabajador rural, que ingresó en estado crítico con insuficiencia respiratoria y falla multiorgánica. Tras recibir tocilizumab y corticosteroides, mostró una recuperación progresiva que permitió desconectarlo del respirador mecánico al décimo día y conseguir el alta en terapia intensiva el día 13.
Una mujer de 23 años también tratada bajo el mismo protocolo tuvo una recuperación clínica completa en 14 días.
Por el contrario, tres pacientes con hantavirus severo que recibieron solo cuidados estándar, como ventilación mecánica y soporte con medicamentos vasoactivos, murieron dentro de las primeras 48 horas tras su ingreso, al no poder detenerse el deterioro multiorgánico característico de la enfermedad.

De qué se trata la enfermedad
El hantavirus por la cepa Andes genera un cuadro que inicia con síntomas parecidos a la gripe y evoluciona rápidamente hacia insuficiencia respiratoria severa, falla multiorgánica y shock.
Este daño se asocia a una respuesta inflamatoria desregulada en el cuerpo, impulsada por moléculas como la interleucina-6 (IL-6).
El tocilizumab actúa bloqueando el receptor de IL-6 y ayuda a reducir la hiperinflamación en estas circunstancias críticas.
“Los resultados son alentadores, especialmente considerando las limitadas intervenciones disponibles para esta enfermedad que típicamente tiene un desenlace letal en casos severos”, afirmó Fernando Tortosa, investigador principal y médico de la Universidad Nacional de Río Negro, en diálogo con Diario RIO NEGRO.
Qué se tuvo en cuenta
El tratamiento se enmarcó dentro de las pautas del Uso de emergencia monitoreado de intervenciones no registradas y experimentales (MEURI), un protocolo ético para usar terapias experimentales en situaciones críticas de la OMS.
Ambos pacientes tratados recibieron tocilizumab por vía intravenosa a una dosis de 8 mg/kg, acompañado de corticosteroides, dentro de las 24 horas posteriores a su ingreso en la terapia intensiva.
Aunque los hallazgos son preliminares y el estudio incluye sólo cinco pacientes, las diferencias en los desenlaces son notables. Los pacientes tratados no solo sobrevivieron, sino que salieron de la unidad de cuidados intensivos sin daños orgánicos permanentes.

Las zonas rurales son áreas de riego, ya que allí pueden habitar los roedores que transmiten el virus
Cuáles son las limitaciones del estudio
Sin embargo, hay que tener en cuenta que el reducido tamaño de la muestra y la ausencia de aleatorización limitan la capacidad de generalizar los resultados.
Además, el efecto positivo del tocilizumab se combinó con el uso de corticosteroides, lo que genera preguntas sobre el efecto combinado de ambas intervenciones.
Por otro lado, los resultados sugieren que el momento de administración es clave, ya que ambos casos exitosos recibieron el tratamiento en las primeras 24 horas tras su ingreso.
La investigación sienta las bases para futuros ensayos clínicos controlados y más amplios que permitan confirmar su eficacia. Hasta ahora, “estos datos destacan la ventana terapéutica crucial del tratamiento temprano con tocilizumab en el síndrome por hantavirus crítico”, dijo el doctor Tortosa.
El estudio se lleva adelante sin aportes de la industria farmacéutica y con los recursos propios del hospital público. Al no existir todavía un tratamiento aprobado para el hantavirus, el uso de tocilizumab se considera “fuera de indicación” y no está cubierto por las obras sociales ni por los seguros de salud, aclaró el profesional.
“Esto hace más difícil sumar nuevos pacientes y que otros centros se unan a la investigación, porque cada institución debe costear por su cuenta el medicamento y la internación. Aun así, con nuestro equipo, confíamos en que estos resultados preliminares puedan servir de impulso para conseguir financiamiento público o donaciones que permitan ampliar el estudio en el futuro”, expresó.