TRANSPORTE PÚBLICO SUBSIDIADO. Una de las críticas al gasto público argentino es que beneficia a ciertos usuarios que, por su nivel de ingresos, no lo necesitan. / CHEQUEADO
Entre 2014 y 2023, el gasto público en Argentina representó en promedio el 44,6% del Producto Bruto Interno (PBI), según un informe basado en Argendata que publicó Fundar. El análisis advierte que este nivel de gasto posiciona a la Argentina por encima de la mayoría de los países de América Latina. Es más que el de Brasil (44%), Uruguay (30,2%), Chile (26,9%) o México (26,7%) y el de varios países desarrollados (Canadá, Estados Unidos y Japón, entre otros). «Sin embargo, estuvo por debajo de países desarrollados con extensos Estados de bienestar, como Francia (57,9%), Bélgica (54%) o Alemania (46,8%)», advierte la publicación.
¿Cómo se explica que en la Argentina el Estado gaste casi la mitad de todo el dinero que se genera, pero esté lejos del nivel de servicios que tiene el pueblo alemán? El informe elaborado por Micaela Fernández Erlauer, María Fernanda Villafañe y Daniel Schteingart explica que el volumen relativamente alto de gasto público en la Argentina responde, en parte, a la provisión de servicios sociales como salud, educación y jubilaciones, pero también a otras partidas como subsidios económicos e intereses de deuda, que han tenido fuerte peso en distintos períodos.
GRÁFICO. En la última década, el gasto público de Argentina promedió el 45% del PIB, una cifra mayor a la media regional e incluso a algunos países desarrollados. / ARGENDATA
¿Se gasta mucho o poco?
El estudio refiere que sin gasto público, la brecha entre los que más tienen y los que menos sería mucho mayor. Programas como la Asignación Universal por Hijo (AUH), los subsidios al transporte o la universidad gratuita ayudan a que haya más acceso a derechos y oportunidades. Según datos de Fundar, el gasto social en Argentina logra reducir casi a la mitad las desigualdades de ingresos.
Otro dato del informe es que el Gobierno nacional explica más del 70% de los gastos en educación superior, ciencia y subsidios a la energía mientras que las provincias se destacan en el gasto en educación básica, salud y justicia. La discusión gira en torno a cómo usar esos recursos de forma más eficiente y equitativa. Por ejemplo, una porción del gasto público en energía y en transporte llega a ciudadanos que, por su nivel de ingresos, no lo necesitan.
RECURSOS DEL ESTADO, PROVINCIAS Y MUNICIPIO. Argentina se caracteriza por tener un gasto público que reduce mucho la desigualdad. / ARGENDATA
La Argentina gasta mucho en relación a su población, más que muchos países de Latinoamérica, pero menos que Francia, Bélgica o Alemania. Lo curioso es que, aunque el presupuesto sea grande, no siempre llega a quienes más lo necesitan. Por eso surgen debates sobre cómo mejorar la distribución y el uso de esos fondos.
Desequilibrios
El estudio explica que el gasto de capital es el dinero que el Estado invierte en bienes duraderos, como infraestructura (rutas, hospitales, escuelas, etcétera) y equipamiento (ambulancias, patrulleros, computadoras, etcétera). Se considera que este gasto incrementa las posibilidades de crecimiento del país a largo plazo, porque al contar con mejores infraestructuras, máquinas y equipos, las personas trabajan con mayor eficiencia y generan más riqueza.
«El Estado argentino viene invirtiendo poco en gastos de capital. En promedio en el período 2016-2021 destinó un 2% del PBI, un nivel bajo solo compartido por México, Costa Rica, Alemania y Brasil. Países como Estados Unidos y Japón gastaron en capital el 4% del PBI; por su parte, Suecia y Noruega destinaron un 5%», refiere el análisis.
De Argendata surge que, en contraste, la Argentina se ha caracterizado por un alto gasto en subsidios que, para el mismo período representa el 4% del PBI. Esta cifra es la más alta de todos los países considerados, con la sola excepción de Bélgica. A modo de referencia, en el resto de los países este rubro representa en torno al 1% del PIB. «El elevado gasto en subsidios en los últimos años se explica por las transferencias destinadas a servicios públicos como la energía y el transporte. Los precios para los consumidores resultaron considerablemente inferiores al costo real de estos servicios», precisa.
Evolución histórica del gasto público
Pero el gasto público en Argentina no siempre fue igual, y entender cómo cambió ayuda a comprender la economía y la política del país:
Siglo XX: Durante gran parte del siglo pasado, el gasto del Estado fue creciendo de manera sostenida, especialmente en educación, salud y obras públicas, con un fuerte rol del Estado en la economía.
Décadas de 1980 y 1990: La crisis económica y la apertura de la economía hicieron que el gasto público se redujera en muchos sectores, mientras que la inflación y la deuda crecían.
Siglo XXI: Desde principios de 2000, el Estado volvió a aumentar su gasto, principalmente en programas sociales, subsidios y jubilaciones, buscando mejorar la redistribución del ingreso y la cobertura de servicios.
Actualidad: Hoy una gran parte del presupuesto se destina a seguridad social, salud, educación y subsidios a servicios básicos, pero existe un debate acerca de la eficiencia y la equidad.