
Foto: Maarouf uld Daa/EFE.
“Es un disparate”, exclamó el ministro de Trabajo Juan Castillo cuando dio a conocer, en la pasada semana, los datos de trabajo infantil en el país. El secretario de Estado informaba en conferencia de prensa que 40.200 niños y adolescentes, de entre cinco y 17 años, realizan tareas laborales. Se trata de un 6,8% de la población menor de edad.
La investigación que da cuenta de estos datos fue realizada por el Instituto Nacional de Estadísticas, con el apoyo de la Organización Internacional del Trabajo y Unicef. La Encuesta Nacional sobre las Actividades de Niñas, Niños y Adolescentes (Ensanna) se realizó durante el segundo semestre del año 2024, o sea durante la pasada administración de Luis Lacalle Pou.
El INE define el trabajo infantil como “toda actividad realizada por niñas, niños y adolescentes por debajo de la edad mínima legal para trabajar, o que, aun superándola, implique riesgos para su salud, seguridad o moralidad. Esta definición incluye tanto tareas remuneradas como no remuneradas, dentro o fuera del hogar, en el mercado, en la producción para autoconsumo o en servicios domésticos que resulten excesivos o peligrosos”. Esta descripción se fundamenta en marcos internacionales como la Convención sobre los Derechos del Niño y en convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ratificados por Uruguay.
En el país está prohibido el trabajo infantil en menores de 15 años; en tanto, entre los 15 y 17, el trabajo es permitido únicamente bajo ciertas condiciones. El Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU) es el organismo responsable de autorizar, monitorear, inspeccionar y fiscalizar.
Al disgregar los datos se observa que hay más trabajo infantil en el interior, con un 7,7%, lo que equivale a unos 29.700 menores. En Montevideo son 10.500 (5,2%). En cuanto al sexo prácticamente no hay diferencias, siendo 20.100 hombres y 20.100 mujeres.
Respecto a la edad, hay 3.300 menores de 5 a 8 años trabajando, 21.800 tienen entre 9 y 14, y 15.000 entre 15 y 17. El estudio muestra que 16.300 son de nivel socio económico bajo; de nivel medio bajo son 8.600, de nivel medio 6.500, 5 mil de medio alto y 3.700 de nivel alto.
El estudio divide el trabajo infantil en dos áreas: una “incluida en la frontera de la producción”, es decir, “actividades económicas como la producción para el mercado y la de bienes para el autoconsumo” y otra “fuera de la frontera de la producción”, o sea “actividades no económicas como el trabajo doméstico no remunerado y el trabajo voluntario de servicios”.
Respecto a este punto, el informe indica que el 5,9% del 7,7% de los menores que trabajan en el interior, perciben una remuneración. En Montevideo es el 2,9% del 5,2% de los que trabajan en la capital. Si se los compara por sexo, el 4,2% de las mujeres menores que trabajan perciben dinero, mientras que entre los varones es el 5,5%. Al separar los datos por edades, entre los que tienen de 5 y 8 años el 2% recibe remuneración, lo mismo el 5,8% del grupo que va de 9 y 14 años, y 6,3% de los que tienen de 15 y 17.
El ministro de Trabajo y Seguridad Social, Castillo, afirmó que el trabajo infantil “constituye un flagelo más que preocupante” y que en los “hogares de escasos recursos son los que llevan la mayor carga de trabajo infantil”. También sentenció: “Esos gurises tendrían que estar en la escuela, tendrían que estar estudiando, tendrían que estar con sus padres, tendrían que estar comiendo un plato de comida en su casa, tendrían que estar jugando, divirtiéndose”.
Por su parte, el exministro de Trabajo, Pablo Mieres, puso en perspectiva los datos. Si bien existe la preocupación porque hay más de 40 mil menores trabajando en el país, el líder del Partido Independiente recordó que la encuesta anterior sobre trabajo infantil se remonta al año 2010 y que en ese entonces los niños y adolescentes en el ámbito laboral eran cerca de 80 mil. “En 15 años ha habido una reducción; se bajó a la mitad, se ha avanzado”, planteó el exjerarca a El País.
“Sorprendió el tono y la falta de información”, apuntó el líder del Partido Independiente sobre la forma en que Castillo dio a conocer los datos y afirmó que en su gestión se decidió a llevar adelante una nueva encuesta dado el tiempo que había pasado desde la última, la del año 2010.
El gobierno anunció una “hoja de ruta” para el tratamiento del trabajo infantil. El Ministerio de Trabajo adelantó la instalación de una mesa binacional en Rivera, en la frontera con Brasil; además, se apuntará al fortalecimiento de cuerpos inspectivos y a la firma de acuerdos tripartitos con varias ramas de la industria. Mejorar las políticas de empleo e ingresos en los sectores más vulnerables podría evitar el trabajo infantil, entienden desde la cartera. Con la nueva información aportada por el INE se elaborará un documento con acciones a llevar adelante.