El 27 de junio de 2023, el escritor colombiano Héctor Abad Faciolince sobrevivió a un ataque ruso durante un viaje solidario a Ucrania, y que causó trece muertos, una experiencia sobre la que reflexiona en Ahora y en la hora, un ejercicio de memoria y catarsis y un homenaje a las víctimas.
«Estamos locos si defendemos la invasión de Putin y la venganza desmedida de Netanyahu», dice en una entrevista el también autor de El olvido que seremos.
Presenta estos días en Madrid Ahora y en la hora (Alfaguara), libro dedicado especialmente a la escritora ucraniana Victoria Amelia, su guía y compañera de viaje, fallecida a consecuencia del impacto de un misil con 600 kilos de explosivo que estalló sobre la pizzería de Kramatorsk, en la región del Donetsk, donde se encontraban cenando.
Sillas cambiadas
El azar quiso que, momentos antes de la explosión, y debido a sus problemas de audición, el escritor colombiano se cambiara de silla y Amelia ocupó la que él dejó libre, circunstancia sobre la que confiesa haber reflexionado hasta casi enloquecer.
«Es muy inquietante asumir que a veces la vida depende de algo de tan trivial; uno se pone a pensar y medio enloquece y es esa locura la que trato de desenredar un poco al escribir», explica.
La propuesta del viaje surgió por una invitación de sus editoras ucranianas para visitar la feria del libro de Kiev. Una vez allí, su amigo colombiano Sergio Jaramillo, impulsor de la iniciativa solidaria Aguanta Ucrania y la corresponsal de guerra Catalina Gómez le convencieron para acercarse algo más al frente de combate. «Me dejé arrastrar y allá fue donde ocurrió lo más grave», afirma.
A Abad Faciolince le asombra tanto la «fragilidad» e «injusticia» de la vida como «la maldad de un autócrata como Putin».

Y denuncia que, tras la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos, la primera potencia de Occidente «haya resuelto traicionar completamente lo que Estados Unidos venía haciendo, abandonar a Ucrania, darle la espalda y hasta culpar a Zelenski de la invasión, como si fuera lo mismo –señala– invadir que ser invadidos, atacar que ser atacados».
Horror y víctimas
Mientras escribía sobre Ucrania, al escritor colombiano lo atormentaba que la gente estuviera muriendo de hambre en Gaza con la invasión de Israel, por lo que inicialmente combinó la crónica testimonial para relatar la experiencia ucraniana con una parte de ficción sobre «un viejo que se obstina en meter comida de contrabando en Gaza».
«Quería ocuparme también de la otra infamia que empezó mientras yo escribía lo de Ucrania», recuerda. Sus editoras lo convencieron para dejarlo al margen, pero no descarta publicarlo en el futuro como un relato independiente.
«Veo perfectamente con los dos ojos, veo que hay horror y víctimas inaceptables en las dos guerras«, asegura el escritor, que ve tan «indefendible» el ataque del grupo islamista Hamás a Israel, tras el que comenzó la intervención militar israelí, como la «venganza salvaje, totalmente desmedida y desmesurada» del primer ministro israelí, Benajamin Netanyahu.

En El olvido que seremos, su novela más conocida, Abad Faciolince también trató un trauma vital a consecuencia de una muerte violenta, la de su padre, asesinado en Medellín en 1987.
«En el libro de mi padre, yo le daba voz a él, que ya no la tenía, y aquí también trato de darle voz a Victoria, ahora que ya no la tiene. No es lo mismo la relación de amor con un padre que con una persona que apenas habías conocido, pero yo me fui haciendo amigo de Victoria a medida que escribía el libro», asegura.
«Cuanto más sabía sobre ella, más íntimamente ligada a mí la sentía hasta un punto casi de sentir que algunas páginas de este libro me las dictaba ella», resume.
Con información de EFE.