El periodista argentino Gabriel Ben-Tasgal, experto en temas de Medio Oriente, aseguró en una entrevista que el grupo chiita Hezbollah mantiene operaciones activas en América Latina y que su presencia en el Perú sería motivo de preocupación. Según su análisis, zonas del sur del país habrían sido utilizadas como punto de apoyo para actividades vinculadas al régimen iraní, a través de redes locales y organizaciones religiosas de inspiración islamista.
Las declaraciones de Ben-Tasgal se dieron este viernes 13 de junio, en medio de un nuevo capítulo de tensión entre Irán e Israel, que incluyó intercambios de fuego en la frontera norte del Estado israelí, según informaron agencias internacionales.
“En Perú hace poco detuvieron a un operario de Hezbolá cuando estaba planificando un evento bélico. En general, Hezbolá, que es el brazo ejecutor de Irán, actúa en América Latina de forma bastante profunda y preocupante”, alarmó el periodista en Canal N.
Hezbollah es una organización político-militar fundada en el Líbano en la década de 1980 con el apoyo del régimen iraní de ese entonces. Surgió como un movimiento de resistencia frente a la ocupación israelí en el sur del Líbano, pero con los años amplió sus operaciones fuera de la región. Mientras algunos países, como Rusia y parte del mundo árabe, consideran a Hezbollah como un actor político legítimo, Estados Unidos, Canadá, Alemania, el Reino Unido, Israel y varios gobiernos latinoamericanos lo han clasificado como grupo terrorista.
En su estructura interna, Hezbollah cuenta con una “ala política”, que participa en el Parlamento libanés, y una “ala militar”, que ha sido señalada en investigaciones internacionales por su rol en atentados, como el ocurrido contra la sede de la AMIA en Buenos Aires en 1994.

En el 2023, Infobae Perú siguió el caso de Muhamad Ghaleb Hamdar y la presencia de Hezbollah en Perú. Hamdar, ciudadano libanés fue acusado de pertenecer al grupo terrorista; sin embargo, la Corte Nacional de Apelaciones del país lo absolvió argumentando que las pruebas obtenidas en su contra eran ilícitas. En aquella vez, Joseph Humire, director del Center for a Secure Free Society, sostuvo que Hamdar estaba en Perú construyendo una fachada de negocios legítimos mientras realizaba labores de inteligencia para Hezbollah.
Humire destacó a Infobae Perú que, aunque Hamdar confesó ser miembro del grupo, la corte descalificó su confesión al argumentar que fue obtenida bajo tortura psicológica. Para Humire, este caso revela los nexos de Hezbollah con Perú, señalando que el grupo ha estado operando en la región desde los años 90, construyendo una red clandestina con implicaciones que pocos conocen.

Las operaciones de Hezbollah en América Latina no serían un tema nuevo. Informes periodísticos han documentado su presencia en distintos países de la región durante las últimas décadas. Uno de los focos de mayor atención ha sido la llamada “Triple Frontera”, entre Paraguay, Brasil y Argentina, donde se han detectado redes de financiamiento vinculadas a contrabando, lavado de dinero y tráfico ilícito.
En el caso de Perú, Ben-Tasgal mencionó que existen indicios de operaciones en zonas del sur andino. Aunque evitó hacer afirmaciones concluyentes, señaló que el nombre de Edwar Quiroga Vargas, activista peruano de origen ayacuchano y líder del centro religioso Inkarri Islam, ha sido mencionado en publicaciones internacionales por su presunta cercanía con círculos vinculados a Irán.
“Ustedes tienen en Perú una penetración muy seria en el sur de Perú. Eso, por un lado, y, por otro lado, tiene una cadena de televisión Hispan TV, que fomenta el yihadismo de corte iraní. Le paga a políticos o académicos para que sean sus portavoces en muchos de estos países. Ejemplo: Pablo Iglesias en España. [Además], Los iraníes tiene nexos con el etnocacerismo, porque ambos son vistos como defensores del cambio del sistema. Y por último, están metidos hasta el gorro en el tráfico de drogas y el lavado de dinero”, replicó.

En 2021 y 2022, diversos medios difundieron reportajes que analizan la posible influencia iraní en Perú a través de actores locales. Uno de los nombres que figura en ambos reportes es el de Edwar Quiroga Vargas, un converso al islam chiita que fundó Inkarri Islam en la región de Apurímac.
Según esos informes, Quiroga habría mantenido vínculos con el exagregado cultural iraní Mohsen Rabbani, acusado en Argentina de ser uno de los planificadores del atentado contra la AMIA. También se le vincula con programas de intercambio cultural y con la formación de cuadros locales con influencia ideológica chiita.
Aunque estas publicaciones no han sido desmentidas públicamente, tampoco han derivado en acusaciones penales contra Quiroga en el ámbito judicial peruano. En diversas ocasiones, él ha declarado que su organización busca “la autodeterminación de los pueblos” desde una mirada andina e islámica.
Las publicaciones mencionadas también analizaron los vínculos de Hezbollah con economías ilícitas en América Latina. Rachel Ehrenfeld, del American Center for Democracy, declaró en su momento que miembros del grupo libanés habrían brindado asesoramiento a organizaciones criminales como las FARC o los cárteles mexicanos, a cambio de apoyo logístico y financiamiento.
Uno de los casos más citados es el de Jamal Yousef, ciudadano libanés condenado en Nueva York en 2010 por intentar facilitar un arsenal de armas a la guerrilla colombiana. Otros nombres como Tarek El-Aissami (Venezuela), Hamze Ahmad Barakat (Brasil) o Moussa Ali Hamdan (Paraguay) también han sido mencionados por agencias internacionales como parte de una supuesta red de apoyo al grupo chiita.