La aplicación de hielo en la cara ganó popularidad en el último tiempo como un posible tratamiento de belleza y para aliviar ciertos problemas de piel. En las redes sociales abundan videos que prometen resultados casi milagrosos: menos inflamación, reducción de bolsas y ojeras, y una mejora en la circulación. Sin embargo, la evidencia científica que respalda estos beneficios es limitada.
Parte de su éxito puede explicarse porque encaja con el perfil de las tendencias de salud que rápidamente se viralizan: es barata, fácil de hacer en casa, se basa en testimonios, se presenta como una alternativa natural y no química, y se muestra como algo lógico y accesible para cualquiera. A esto se suma la enorme difusión que tiene en plataformas como TikTok, Instagram o YouTube.
Mientras algunas personas aseguran notar efectos positivos inmediatos, especialistas y estudios advierten sobre los riesgos de aplicar hielo directamente sobre la piel, sobre todo en pieles sensibles. Quemaduras por frío, irritación o enrojecimiento son algunos de los efectos adversos que pueden aparecer si no se usa con precaución.
Varios profesionales coinciden en que el uso de frío puede ayudar a descongestionar ciertas zonas del rostro, pero advierten que el hielo nunca debe aplicarse directamente sobre la piel. El contacto prolongado o sin una barrera protectora puede generar lesiones, dañar la barrera cutánea e incluso agravar condiciones como la rosácea o la dermatitis.

En esta línea, la influencer especializada en skincare Dadatina también desaconseja esta práctica. En uno de sus videos de sus videos de YouTube, donde analiza hacks de skincare como recetas virales y mascarillas caseras, es contundente: “Hielo directo en la cara, no. Nunca”. Y agrega: “No hay ninguna evidencia científica que diga que trae beneficios reales. Lo que sí se reportaron son casos de irritación dérmica, quemaduras y enrojecimientos”.
Según la experta, el hielo no va a aclarar las ojeras como muchos creen. “Lo que puede hacer es descongestionar un poco la zona, pero hay alternativas más seguras para eso”, sostiene. Una de sus recomendaciones es utilizar una cuchara fría, previamente colocada en la heladera, como una opción menos agresiva para el rostro.

Además, herramientas como el ice roller (un rodillo metálico o de cuarzo que se enfría antes de usar) y los antifaces de gel frío están diseñadas específicamente para el rostro. Se utilizan en rutinas de skincare con el objetivo de reducir la inflamación, mejorar la circulación y disminuir la hinchazón, especialmente en la zona de las ojeras y los párpados.
Como siempre, al momento de incorporar nuevas rutinas de cuidado, es importante consultar con profesionales de la salud y no dejarse guiar únicamente por consejos virales.