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martes, abril 1, 2025

Hiperconectados y atentos al cuidado de la salud: así son los hábitos de consumo en América Latina 2025

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El 42% de los consumidores
El 42% de los consumidores latinoamericanos afirma que no planea recortar su gasto en salud, incluso en un contexto de presión económica (Imagen ilustrativa Infobae)

¿Cuáles son las tendencias y hábitos de consumo de los latinoamericanos en 2025? ¿En qué gastan y disfrutan su tiempo libre y dinero? ¿Cuánto les preocupa el cuidado de la salud física y mental? ¿Qué rol tiene la inteligencia artificial en su día a día?

El informe Consumer Pulse Latam 2025, elaborado por la consultora Bain & Company, evaluó las respuestas de más de 5.700 personas en Argentina, México, Colombia, Perú y Chile y trazó una radiografía detallada de los hábitos de consumo en la región, que responde a varios de esos interrogantes.

El estudio identificó tendencias que combinan cautela económica, mayor conciencia sobre el bienestar físico y emocional, y una creciente presencia de herramientas digitales en la vida cotidiana. Infobae participó de la presentación de los resultados de la investigación junto a los medios de la región.

En esta octava edición del informe, que se realiza desde 2020, el análisis mostró que hoy los latinos pueden definirse como “consumidores equilibrados”.

Se trata de una síntesis del comportamiento promedio, que combina preocupación por el bolsillo, búsqueda activa de bienestar físico y mental, y un uso cada vez más extendido pero crítico de las herramientas digitales.

La adopción de herramientas digitales
La adopción de herramientas digitales para el autocuidado, como apps de diagnóstico o telemedicina, crece en todas las generaciones (Imagen Ilustrativa Infobae)

Aunque cada país tiene matices, el perfil se repite: un consumidor que ajusta, compara, prioriza y redefine su consumo en un contexto de precios y costos oscilantes, cambios tecnológicos y nuevos valores personales.

Uno de los aspectos positivos que develó el informe es que, a pesar de los desafíos económicos actuales, los consumidores latinoamericanos mantienen una mirada esperanzada hacia el futuro. La mitad de los encuestados en la región cree que su país estará en una mejor situación dentro de cinco años.

Argentina y México lideran ese optimismo, con un 58% y 52% respectivamente, seguidos de cerca por Colombia y Perú. Incluso en países con altos niveles de incertidumbre, como Chile, la expectativa de mejora supera al 40%.

Argentina y México lideran el
Argentina y México lideran el optimismo hacia un mejor bienestar económico en los próximos cinco años.

“El consumidor equilibrado es el punto de partida para entender tendencias generales de comportamiento y actitudes. Representa una visión integrada de todos los perfiles de consumidores encuestados”, explicó a Infobae Alejandro Pérez de Rosso, socio y Office Head de Bain & Company en Argentina, durante la presentación del informe, de la que Infobae participó junto a medios de la región.

Según el estudio -el octavo informe realizado en la región desde 2020-, el 90% de los consumidores latinoamericanos percibe aumentos en los precios de productos y servicios.

El 84% identifica a los alimentos como la categoría más afectada, seguida por transporte, ropa, servicios públicos y cuidado personal. En este contexto, el 70% ya recortó sus gastos y un 13% adicional planea hacerlo.

El 90% de los latinoamericanos
El 90% de los latinoamericanos cree que los precios han subido en los últimos tres meses, especialmente en alimentos, pero son optimistas respecto al futuro

Los recortes se concentran en alimentos, ropa y restaurantes, y se expresan tanto en la reducción del volumen de compra como en el cambio hacia marcas más económicas, tiendas de descuento y mayoristas. Esta tendencia se consolida desde 2022, pero el informe destaca que el ajuste de 2025 es más calculado y menos abrupto: hay un consumidor que decide dónde ahorrar, sin abandonar totalmente el consumo.

“Parecería que si en años anteriores esta tendencia era más defensiva o más abrupta —la gente dejaba de comprar cosas o hacía más cosas en casa— hoy este consumidor equilibrado es un poco más estratégico. Ya empieza a tomar decisiones más calculadas de cómo ahorrar su dinero”, explicó Pérez.

Cambios estratégicos en consumo priorizan
Cambios estratégicos en consumo priorizan alimentos más sanos y asequibles (Imagen Ilustrativa Infobae)

La salud física y mental sigue ganando terreno como prioridad de vida. Es la segunda preocupación más mencionada (39%), solo detrás de las preocupaciones financieras (52%). El informe muestra que un 42% no planea reducir sus gastos en salud, incluso en los niveles de ingreso más bajos.

Los principales objetivos personales en este ámbito son: perder peso (37%), dormir más (34%) y mejorar la condición física (32%).

La alimentación también refleja estas prioridades: aumenta el consumo de proteínas, mientras cae el consumo de productos con azúcar, grasas, gluten, sal y alimentos de origen animal.

“Estamos viendo una tendencia de la relevancia de perder peso como un objetivo personal de salud y bienestar más alto que en otros años. Esto ya está empezando a afectar el consumo no solo en alimentos y bebidas, sino también en herramientas digitales y medicamentos”, explicó María Fernanda Espir González, experta en consumo y tendencias de Bain & Company México.

La generación Z prioriza valores
La generación Z prioriza valores al elegir marcas, marcando diferencias con generaciones mayores (Imagen Ilustrativa Infobae)

También crece el uso de herramientas digitales vinculadas al bienestar, como aplicaciones de monitoreo físico, autodiagnóstico o telemedicina. La adopción es más fuerte entre jóvenes, pero también está creciendo entre personas mayores, especialmente por la practicidad que ofrecen.

Una tendencia en aumento es el uso de medicamentos reguladores del apetito, como los GLP-1. En México, Colombia y Perú, cerca del 6% de los encuestados dice haber utilizado algún medicamento para bajar de peso. El estudio destaca que estos tratamientos están dejando efectos persistentes en los hábitos alimentarios: comer menos, elegir alimentos más saludables, hacer más ejercicio y reducir el consumo de alcohol.

“Es sorprendente porque se trata de un medicamento de baja disponibilidad y alto costo. Sin embargo, ya está teniendo impacto en el consumo y abre oportunidades para soluciones complementarias como asesoría nutricional, apps de monitoreo o productos saludables”, detalló Espir González.

Salud física y mental sobresalen
Salud física y mental sobresalen como prioridades, incluso en entornos de bajos ingresos, según el informe Consumer Pulse Latam 2025

El informe confirma que América Latina es una región altamente conectada. Los consumidores pasan en promedio 8 horas y 23 minutos diarios en internet, más de una hora por encima del promedio global. Sin embargo, las actividades digitales son también las que más personas dicen querer reducir.

El 30% declara que busca pasar menos tiempo en redes sociales, videojuegos u otras plataformas digitales. Entre los motivos mencionados aparecen la distracción, los efectos negativos en la salud y el sentimiento de culpa.

“Las personas nos dicen que las actividades digitales generan muchas distracciones indeseables, causan daños al bienestar o incluso las hacen sentir culpables. Esto está empezando a generar cambios en los hábitos”, afirmó Espir González.

En paralelo, se destacan dos fenómenos: el crecimiento del uso de herramientas de inteligencia artificial (54% de adopción en promedio regional) y el aumento de las apuestas digitales, que ya alcanzan al 70% de los consumidores en Perú y al 50% en países como Chile, Colombia o México. Un cuarto de los apostadores declara estar ahorrando menos o gastando menos en bienes esenciales para poder apostar.

Más allá del promedio general, el estudio identifica diferencias marcadas por nivel de ingreso y generación. Por ejemplo, el 60% de los consumidores de la Generación Z ha evitado comprar marcas por razones de valores o creencias, frente a solo el 39% de generaciones mayores.

También se destaca un creciente acceso al home office entre consumidores de ingresos altos, mayor nivel de satisfacción laboral y más tiempo disponible para el ocio. En contraste, en los niveles bajos, el 47% dice que solo le alcanza para cubrir lo esencial, y el 29% considera que su situación financiera empeoró en el último año.

Además, el 78% de los consumidores de ingresos altos participa en programas de lealtad o membresía, en general motivados por descuentos y beneficios concretos, más que por afinidad emocional con las marcas.

“Antes nos decían que participaban por el sentido de pertenencia o porque les gustaba que una marca los valorara. Ahora vemos más interés por el valor, los descuentos, el ahorro. Hay que repensar cómo diseñamos los programas de lealtad para responder a estas nuevas expectativas”, señaló Speir.

El 54% de los encuestados
El 54% de los encuestados en Latinoamérica ya utiliza herramientas de inteligencia artificial como parte de su vida cotidiana (Imagen Ilustrativa Infobae)

La figura del “consumidor equilibrado” no representa a un solo tipo de persona, sino un punto de partida para identificar perfiles más específicos, apuntó Pérez de Rosso. El informe menciona conductas que lo muestran como agente autónomo, que automatiza tareas y busca eficiencia; enfocado en su bienestar integral; al consumidor emocional, que prioriza la conexión y la pertenencia; o a la nueva tercera edad, más activa, tecnológica y con nuevas demandas.

El consumidor equilibrado no es uno solo: es un punto de partida. Es posible hacer cortes por generaciones, ingresos, geografías o intereses: “Hay muchos perfiles específicos que las marcas deben entender para conectar mejor con ellos”, indicó Pérez.

En todos los casos, los datos apuntan a un escenario cambiante: la estrategia comercial ya no puede basarse en conceptos estáticos o estancos, sino que requiere una lectura continua de señales, una oferta flexible y una conexión directa con las necesidades fundamentales de los consumidores.

“Los ciclos de estrategia hoy son más cortos y dinámicos. Lo que antes se pensaba cada tres años, ahora se reevalúa cada trimestre. Hay que mantener un radar activo, con medición constante de tendencias, para estar a la altura del ritmo del consumidor”, concluyó Pérez.

Redacción

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